Economía

Sánchez gasta 160 millones en una Presidencia europea faraónica y deslucida: el triple que Aznar y Zapatero

El Gobierno ha disparado el gasto para explotar al máximo las posibilidades que le brinda la presidencia rotatoria de la UE. El presupuesto inicial ascendía a 145 millones

  • El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en la sede de CEOE. -

Sánchez no está escatimando gasto público para aprovechar la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, que le corresponde a España en este semestre, y relanzar su perfil internacional. El Gobierno, en funciones en la actualidad, había fijado en los Presupuestos Generales del Estado de 2023 un crédito inicial récord de 145 millones de euros y ya en junio, es decir, un mes antes del inicio oficial de la presidencia, se ha modificado al alza hasta casi 160 millones. Lo que supone un crecimiento del 10%, a la espera de las ampliaciones que tendrán lugar hasta fin de año.

Todo esto se está produciendo mientras que Sánchez intenta conseguir apoyos políticos suficientes de los partidos nacionalistas para seguir al frente del Ejecutivo y con la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, en plena campaña para hacerse con la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Esos 160 millones de gasto, equivalentes a casi dos veces los sueldos de los 762 altos cargos del Gobierno, representan casi el triple del gasto de la anterior presidencia semestral española en 2010, a cargo de José Luis Rodríguez Zapatero, con 61 millones (aunque estaban presupuestados 90 millones); así como la de José María Aznar en 2002 (59 millones). De las ejercidas por Felipe González en 1995 y 1989 no hay detalle presupuestario, pero es evidente que la asignación fue muy inferior.

En su turno, todos los presidentes de Gobierno de España han conseguido logros importantes. Sánchez no quiere ser menos. Ha consignado la mitad de este presupuesto a su departamento y quiere asegurarse los reconocimientos con la utilización de un gasto público récord. Por ejemplo, en los mandatos de Felipe González se inició la creación de la Unión Económica y Monetaria con una moneda común y tuvo lugar el bautizo oficial del euro, así como la creación del espacio Schengen.

Con Aznar se puso en marcha la circulación del euro y se aprobó la denominada Euroorden de detención y entrega de personas por otro Estado miembro. Con Zapatero se acordó el impulso común de la reactivación económica.

En pleno proceso de estanflación de la economía europea (crecimiento bajo, nulo o negativo y elevada inflación), Sánchez se ha fijado cuatro objetivos: impulsar la reindustrialización, las tecnologías estratégicas y las relaciones comerciales; avanzar hacia la transición ecológica; reforzar la unidad europea; y consolidar el pilar social acabando con la elusión fiscal y la evasión de las grandes fortunas y corporaciones, así como reformar las reglas fiscales para que los Estados miembros mantengan unas cuentas públicas saneadas y mejorar las ayudas europeas (fondos Next Generation).  

El destino del dinero

Todos los ministerios, salvo Defensa y Política Territorial, tienen asignadas partidas para esta presidencia española rotatoria, que han ido ampliando incluso con aplicaciones ajenas a los Presupuestos Generales (de más de cinco millones de momento); sobre todo, para gastos de personal y en menor medida en corrientes. Por ejemplo, Universidades se ha apuntado 1,2 millones a última hora para gastos en nóminas, algo similar ha realizado Interior, y Exteriores ha añadido 1,1 millones para gastos corrientes de estas partidas ajenas a los Presupuestos de 2023.

En todo caso, lo más llamativo son las modificaciones de crédito en materia de personal que ha llevado a cabo Sánchez: los créditos iniciales se han multiplicado por cinco (el gasto inicial era de 480.000 euros), hasta superar los tres millones que se supone van destinados a pagar nóminas extras. 

¿En qué se gasta este dinero? Habrá que esperar a la ejecución final y al detalle de la información facilitada. De lo que se sabe por capítulos de gastos, la mayor partida de esos 160 millones corresponde a gastos corrientes en bienes y servicios “para aumentar el alcance y la repercusión de las actuaciones de la presidencia española”, según se indica en la información oficial del Gobierno.

Se trata de casi 131 millones, y aquí entran desde los viajes y estancias (se incluyen reuniones en distintas ciudades españolas), las asistencias técnicas (incluso de empresas privadas), publicaciones, preparación de las reuniones, despachos, conferencias hasta las subvenciones para las actividades divulgativas e incluso “las intervenciones artísticas”, como las exposiciones, eventos, iniciativas de difusión y promoción de las “realidades culturales”.

A esto hay que sumar, por ejemplo, contratos para pines, abanicos y fulares para los asistentes, y resto del servicio de organización, bolsas de tela, botellas de agua reciclable, bolígrafos y cuadernos, así como servicios de catering y otros, más guías y un largo etcétera. Además, otros casi 17 millones se destinan a pagar gastos de personal y 10,8 millones se han habilitado para inversiones reales y realizar “obras adecuadas de acceso y zonas comunes, redistribución de espacios disponibles para acoger los refuerzos de personal; adquisición de mobiliario necesario para despachos, espacios de trabajo y salas de reuniones; inversión de carácter informático para el soporte de las comunicaciones y el uso de videoconferencias”.

Gasto ministerial

Por ministerios, la mayor dotación presupuestaria para este turno rotatorio la tiene Presidencia del Gobierno. De momento, Sánchez cuenta con un gasto previsto de casi 81 millones, es decir, prácticamente la mitad de la partida. De ellos, unos 72 millones corresponden a gasto corriente, casi seis millones van destinados a inversión de las instalaciones entre otras, más esos tres millones en gastos de personal. Le sigue Exteriores, con una estimación total de 18,1 millones. De ellos, 14,3 millones se destinan a gasto corriente, 3,2 millones a inversiones reales y más de 600.000 euros corresponden a gasto de personal.

La mayoría de las partidas están adscritas al Programa de Acción Exterior, al de Acción Diplomática y también al de Cooperación para el Desarrollo. Por su parte, Interior, encargado de la seguridad, dispone de casi 13 millones (la mayor parte son gastos corrientes y no de personal); Asuntos Económicos cuenta con más de ocho millones de presupuesto;  Hacienda tiene más de siete millones; una cifra similar está adjudicada a Transición Ecológica e Industria se acerca a los cuatro millones.

Curiosamente, es Ciencia e Innovación el ministerio que menos gasto tiene asignado en esta presidencia española (sólo 396.000 euros) mientras que Justicia llega a 415.000 euros, Derechos Sociales alcanza el millón, y Trabajo, Universidades y Cultura se mueven también levemente por encima de este rango de gasto. Y destaca que departamentos como Agricultura y Educación tengan 1,6 millones, mientras que Consumo supere los 1,7 millones.

Por programas, llama la atención que el Desarrollo Industrial para pymes disponga de menos de 30.000 euros y lo mismo sucede con el de Rehabilitación de la Vivienda. Además, el Programa de Promoción del Turismo no supera los 700.000 euros, y a esta cifra llega el de Innovación Tecnológica. Por su parte, el Programa de Prestación Sanitaria y Farmacia alcanza los 277.000 euros; el de Bibliotecas llega a los 120.000 euros; y el de Igualdad de Trato tiene 420.000 euros, mientras que los servicios generales de este ministerio de Igualdad disponen directamente de 1,5 millones (la misma cifra que todo el ministerio de Agricultura). También es curioso que el Programa de Política Presupuestaria tenga casi 4,5 millones para este gasto, que el de Gestión de la Deuda se acerque a los dos millones y que, por ejemplo, la Secretaria General de Consumo y Juego cuente con más de 1,4 millones. 

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