El mes de agosto ha cerrado con una pérdida de 118.004 empleos respecto a julio y el último día del mes ha sido el segundo más negro de la historia para nuestro mercado laboral: en sólo 24 horas hubo 342.276 bajas y tan sólo 47.468 trabajadores fueron dados de alta.
Esto deja un saldo neto de 294.808 puestos de trabajo destruidos en un sólo día, lo que coloca al 31 de agosto de 2021 como el segundo peor de la serie histórica, según los datos publicados este jueves por la Seguridad Social. La cifra llama la atención, especialmente si se tiene en cuenta que el día 31 fue martes y no viernes, el día de la semana en que tradicionalmente se destruyen más contratos.
Sólo le supera el 31 de agosto de 2018, en que la pérdida neta de puestos de trabajo fue de 304.642 personas, la más alta del histórico de afiliación. El año pasado, en el primer verano bajo el efecto de la pandemia y en plena caída del PIB, el último día de agosto se saldó con una pérdida de 71.423 empleos, muchos menos de los destruidos este año.
Los meses de agosto suelen ser meses negativos para el empleo por el fin de la temporada de verano y las bajas que se producen en sectores estacionales ligados al turismo, pero el número de despidos de este agosto ha sido aún más acusado.
El enfriamiento de la confianza económica puede estar detrás de estas cifras; así como el fin de la temporada de turismo nacional, que este verano ha tirado de la economía (el sector servicios destruyó 61.900 empleos en el mes), y a la recisión de contratos en el sector educativo.
Pese a que la pérdida de empleos del último día del mes deja el número de afiliados en 19,1 millones de trabajadores, los datos publicados este jueves han tenido una lectura positiva.
Esto se debe, por un lado, a que la pérdida de afiliados medios (-118.004) es la más reducida de los últimos siete años en un mes de agosto sin contar el del año pasado -en que se crearon 6.822 empleos-.
Por otro lado, los datos de paro publicados por el Ministerio de Trabajo, que recogen el número de personas que están apuntadas en las oficinas del Servicio Público Estatal de Empleo (SEPE, el antiguo Inem), son optimistas: el número de parados ha bajado en 82.583 personas, la mayor caída en un mes de agosto de la serie.
No obstante, hay que recordar que el paro registrado es un indicador mucho menos fiable que la afiliación para conocer el comportamiento del mercado laboral, ya que depende de la voluntad de los desempleados, mientras que el dato de afiliación recoge en tiempo real las altas y bajas al sistema.
Lectura positiva de los datos de empleo
Los expertos hacen una lectura positiva de los datos, ya que sin la estacionalidad propia del mes, estiman que la afiliación habría crecido en 32.000 personas, "un ritmo ligeramente mayor que el estimado para los meses de agosto de la última década", apuntan los analistas de BBVA Research.
Sin embargo, recuerdan que "aunque la recuperación del mercado de trabajo sigue su curso, en ausencia de la COVID-19, el número de cotizantes habría superado los 20.225.000 en agosto, con lo que el impacto de la crisis continúa siendo significativo (-750.000 afiliados)".
El panel de Funcas recuerda, por su parte, que la afiliación total, en términos corregidos de estacionalidad, es inferior en 6.000 personas al nivel precio a la crisis, pero no se tiene en cuenta aquí a los trabajadores que siguen afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), ya que siguen dados de alta.
"Hay que tener en cuenta que a final de agosto aún había 272.000 asalariados en ERTE y unos 222.000 autónomos recibiendo prestación. El reto en los próximos meses será que continúe la reincorporación de los trabajadores que aún permanecen en ERTE. Es posible que la cifra actual se encuentre muy cerca del mínimo que constituye el núcleo duro irrecuperable", alertan.