Cada vez más agentes del mercado de oficinas español coinciden en señalar que el sector deberá encajar no ya solo la actual crisis provocada por el coronavirus (disminución y/o suspensión de los ingresos por el uso de oficinas, locales y centros comerciales) sino también secuelas que la pandemia dejará una vez terminado el confinamiento masivo.
La principal fuente de estas secuelas pasa por el impacto que podrían tener en el mercado los sobrevenidos recaudos en la interacción entre las personas (y los que imponga el Estado) y, sobre todo, la inmersión del conjunto de la economía en modalidades de teletrabajo.
El Gobierno lleva semanas estudiando la viabilidad de un plan de rescate al sector de locales y centros comerciales como el que reivindican Merlin o Lar, empresas que son también grandes players del mercado de oficinas propiamente dicho. Paralelamente, no obstante, el Ejecutivo planea exigir a las empresas que implementen el teletrabajo en la mayor medida posible hasta al menos el próximo mes de julio.
Más teletrabajo
"Estamos descubriendo que para algunas cosas, el teletrabajo es más eficiente, y que nos sentiríamos más cómodos con uno o dos días de teletrabajo a la semana una vez que todo esto pase", apuntan a Vozpópuli distintas fuentes, todas ellas vinculadas directamente a importantes empresas del mercado de oficinas español.
Un sondeo de la consultora de inversiones inmobiliarias Colliers, que incluye a sus propios clientes, revela una mayor querencia por el teletrabajo de forma permanente al menos en pequeñas dosis a raíz de la actual situación. Antes que ella, la consultora JLL había proyectado una disminución de las tasas de uso de oficinas más allá del coronavirus.
El propio Byron Wien, gurú del mayor fondo de inversión inmobiliaria Blackstone, ya pronostica que muchas empresas acabarán descubriendo que pueden reducir costos a través del teletrabajo, si bien considera que la interacción humana se ha revelado insustituble para determinadas situaciones comerciales.
La "nueva normalidad"
"Dos metros de distancia entre los puestos de cada empleado", plantean en relación a una "nueva normalidad" desde la consultora inmobiliaria Cushman & Wakefield como una tendencia que prometen extender tanto en sus propias oficinas como dentro de las de sus clientes en España "para adaptar las oficinas y centros comerciales en la reincorporación a la actividad tras el Covid-19 (...) basándose en la información que arroja la Organización Mundial de la Salud, gracias al asesoramiento de especialistas médicos, y con la experiencia previa de China, donde ha vivido (Cushman) en primera persona la reincorporación de millones de chinos a los puestos de trabajo".
"En todo el mundo estamos experimentando en diferentes etapas de la pandemia. Pero, a medida que comenzamos a visualizar la vida después de la Covid-19, debemos comenzar a pensar en la nueva normalidad y en cómo nos adaptaremos. La regla de los dos metros no va a desaparecer en el corto plazo y en Cushman & Wakefield entendemos lo importante que es normalizar esta guía en la vida cotidiana. Eventualmente, todos volveremos al trabajo, pero no debemos olvidar esta regla de oro".
La prioridad hasta ahora de concentrar más gente en menor espacio cambiará por la cuestión sanitaria
Desde la propia compañía americana estimaban justo antes del estallido de la pandemia que el mercado de oficinas español, por motivos de ahorro económico, había reducido el espacio medio por empleado de 15 metros a 10 en la última década y que ya se apuntaba a los siete metros por empleado.
"Prevemos que, al menos en un corto-mediano plazo, la norma prioritaria sea la de establecer una distancia de dos metros entre empleados, ya que las recomendaciones sanitarias y gubernamentales apuntan a eso. Esto, al igual que el aumento del teletrabajo, en especial por parte de empresas de nivel nacional (esto es, no multinacionales) que no lo habían implementado hasta ahora, no quiere decir que las oficinas vayan a desaparecer, porque mucha gente también está redescubriendo el valor de relacionarse en el trabajo, y la virtud está en el punto medio. Se potenciará el trabajo por objetivos en lugar de por horario, pero habrá gente quiera ir a la oficina a relacionarse", apunta Óscar Fernández, Head of Business Development PDS en Cushman & Wakefield España.
Habrá un aumento del teletrabajo en sí, pero como aceleración de una tendencia ya previa a la pandemia"
Desde la consultora Knight Frank, en tanto, consideran que el sector se enfrentará a un "mundo diferente" tras la Covid-19, pero que el impacto será mayor en el corto plazo que en el largo.
"Estimamos que se tomarán medidas extraordinarias sobre el uso de oficinas durante los próximos seis meses a partir de mayo y que tendrán que ver con que muchas empresas decidan que el 100% de la plantilla no asista a la oficina sino que se reparta entre la oficina y el teletrabajo, y que la prioridad hasta ahora de concentrar más gente en menor espacio cambiará por la cuestión sanitaria (por ejemplo, se valorará más cómo funciona la renovación del aire). En efecto, además, habrá un aumento del teletrabajo en sí, pero como aceleración de una tendencia ya previa a la pandemia", afirma por su parte Raúl Vicente, director de Oficinas en alquiler de Knight Frank.
Perspectivas para Merlin y Colonial
Ninguna de las dos socimis de oficinas del Ibex 35, Merlin y Colonial, han anunciado hasta el momento medidas de contingencia frente a un eventual boom del teletrabajo. Merlin ha reivindicado la diversificación de sus ingresos y ha estimado que, si el confinamiento se prolongara hasta agosto, el impacto en su facturación no superaría el 10%. Colonial, íntegramente expuesta a rentas por oficinas, asegura tener la situación bajo control.
El banco Barclays hizo pública la pasada semana una proyección avanzada por Cinco Días sobre el negocio de Merlin y Colonial en 2020 y 2021. Para Merlin ha proyectado una caída de las rentas del 15% en 2020 que se verá sucedida por un crecimiento del 10% en 2021: el valor de los activos caería entre un 1% y un 3%. Para Colonial, la baja proyectada es del 11% en 2020 y se recuperaría en 2021, aunque el valor de los activos caería entre un 8% y un 9%.