La economía sólo crecerá un 1,1% hasta finales de año como consecuencia de la crisis energética que ha acarreado la guerra en Ucrania. El crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) sufrirá un estancamiento por la desaceleración del consumo privado, la inversión y las exportaciones, con un crecimiento "muy débil" en los próximos tres trimestres, según la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
El servicio de estudios prevé que la variación trimestral de la economía sea nula en el segundo trimestre del año. En el tercer trimestre, se recuperará la senda de crecimiento y el PIB aumentará un 0,5%; y, en el cuarto, un 0,6%, según los cálculos de Funcas. Con todo, el crecimiento entre abril y diciembre será de apenas un 1,1%.
En la presentación de las previsiones este miércoles, Raymond Torres, director de coyuntura de Funcas, explicó que, de momento, no se contempla una estanflación por el efecto arrastre del año pasado, cuando se experimentó un crecimiento "relativamente robusto", del 5,1%.
"Incluso con un 0% de crecimiento durante el año, la economía se hubiera expandido en torno al 3%", detalló Torres. Esto se debe a que las fuerzas del rebote experimentado en 2021 todavía se mantienen, como el ahorro acumulado por las familias durante la pandemia, el crecimiento de las reservas turísticas, o el empuje de los fondos europeos.
Todos estos factores, aunque estarán "muy atenuados" en los próximos trimestres por la inflación, evitarán que la economía española retroceda en alguno de los trimestres próximos. "Se evitará por los pelos un crecimiento negativo o una recesión", reconoció Torres durante la presentación.
De cumplirse estas previsiones, la economía crecería un 4,2% en 2022, retrasando la recuperación total de los niveles precovid a 2023. Esta es una de las estimaciones más pesimistas publicadas hasta ahora, aunque organismos económicos como el Banco de España, la Airef o el propio Gobierno todavía deben revisar a la baja las suyas.
Antes de la guerra, el Ejecutivo esperaba que la economía creciera un 7% este año. Ese dato, en el que sustentaba sus Presupuestos, estaría casi tres puntos por encima del que los economistas calculan ahora por la reducción del consumo privado (los hogares perderán cerca de 16.700 millones de euros de poder adquisitivo con la inflación), así como la desaceleración de la inversión y las exportaciones por los efectos psicológicos y el impacto de la guerra.
Una inflación muy superior a la UE
En marzo, el IPC creció un 9,8% respecto al año anterior y un 3% respecto al mes previo. Los precios encadenan ya 12 meses de subidas por la energía y su contagio al resto de la cesta. El plan de choque que lanzará el Gobierno conseguirá reducir en un punto esta inflación y podría evitar que se alcance el doble dígito, pero en todo caso ésta seguirá desbocada.
Funcas espera que se alcance el pico máximo entre este mes y el próximo, aunque las tasas seguirán siendo elevadas durante todo el año. En este sentido, el 'think tank' ha disparado en 2,2 puntos la inflación media prevista para este año, del 4,6% estimado en enero al 6,8% actual. Hay que remontarse a 1989 para encontrar una tasa similar.
El año pasado, cuando los precios energéticos empezaron a inflar el índice a partir de verano, se cerró con una variación media del 3,1%, retrocediendo a niveles de 2011. Pero las elevadas tasas del primer semestre de este año y el contagio a prácticamente la totalidad de los precios de la cesta de la compra elevarán esa media en 3,7 puntos en 2022.
Hay que recordar que pese a que España está menos expuesta a la exportación energética de Rusia y Ucrania que otros países europeos, sufre una inflación muy superior. En concreto, los precios energéticos repuntaron en España un 44% en febrero respecto al mismo mes del año anterior, mientras que en Francia y Alemania crecieron un 22%, según Eurostat.
Esto hace que el diferencial de la inflación entre España y la Eurozona esté próximo a los dos puntos, amenazando la competitividad de nuestro país. "Si la electricidad hubiera subido lo mismo en España que en la UE, estaríamos por debajo", destacaba CCOO este miércoles. El sindicato propone crear un "bono de emergencia" (con un pago extraordinario único de 300 euros para las rentas más bajas) para compensar la pérdida de poder adquisitivo.
Además, España está el doble de expuesta que Francia, Alemania o la media de la Eurozona a la subida de los precios energéticos por la guerra en Ucrania. Según el Banco de España (BdE), un incremento del 10% del precio del gas y del petróleo durante un año haría caer el escenario central de nuestra economía en cerca de 0,20 puntos porcentuales. En Francia y Alemania, la desviación no alcanzaría los 0,10 puntos porcentuales.
El BdE todavía no ha revisado sus previsiones, pero ha avanzado que "varios ejercicios de simulación internos sugieren que, en algunos escenarios particularmente acusados en relación con la gravedad y la duración del conflicto bélico, la pérdida de PIB debida a este canal podría ser significativa". "Es previsible que el shock energético tenga un impacto apreciable sobre la actividad, que dependerá de la intensidad y duración" del mismo, sentencia el BdE.