Economía

La mitad de las empresas insolventes en España son viables

Dos de cada diez empresas en España se encuentran ahora mismo en situación de insolvencia debido al impacto de la crisis provocada por la covid-19, pero una de esas dos

  • Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, y Nadia Calviño, vicepresidenta económica del Gobierno -

Dos de cada diez empresas en España se encuentran ahora mismo en situación de insolvencia debido al impacto de la crisis provocada por la covid-19, pero una de esas dos tiene un modelo de negocio que se considera viable a largo plazo, según los datos del Banco de España.

Esta institución calcula que aproximadamente un 18% de las compañías del país se consideran ahora mismo insolventes, es decir, tienen un volumen de deuda neta que supera en más de 12 veces los resultados que se esperan a largo plazo; y de ellas, la mitad son inviables, lo que implica que se prevé que tengan pérdidas en los próximos años.

"Son compañías que, en el largo plazo, no pueden cubrir sus gastos de explotación con sus ingresos", apunta el supervisor, por lo que para ellas sólo se puede esperar que "se facilite su liquidación de un modo ágil y eficiente". En definitiva, que desaparezcan cuanto antes, a pesar de que tienen una deuda en créditos de más de 53.000 millones de euros.

Las que sí preocupan son las compañías que, a pesar de estar en situación de insolvencia ahora mismo, siguen siendo viables. Éstas son las que necesitan recibir ayudas para salir adelante, tal y como están pidiendo instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Comisión Europea, de cuyas recomendaciones ha ido informando Vozpópuli.

Las empresas insolventes pero viables deben 51.000 millones

"Las empresas con problemas de solvencia pero con modelos de negocio viables requerirían apoyos en forma de capital, o una reestructuración de sus deudas (mediante quitas o mediante la conversión de deuda en capital)", explica la institución que dirige Pablo Hernández de Cos.

Para minimizar los riesgos de que empresas insolventes pero viables acaben liquidándose, "se debería fomentar, entre otras posibles medidas, una rápida reestructuración de su deuda, introduciendo reformas en los mecanismos de insolvencias judiciales y extrajudiciales con el fin de hacerlos más ágiles y eficientes", propone el supervisor.

Estas últimas acumulan una deuda con la banca de unos 51.000 millones de euros en créditos y ahora mismo necesitan soluciones, como una posible reestructuración para aplazar el pago de esa cantidad. La mitad de ese dinero, unos 27.000 millones, corresponden a deudas de pymes y autónomos.

Mientras el Gobierno estudia posibles soluciones para intentar ayudar a estas compañías (como el paquete de 11.000 millones que ha prometido el presidente, Pedro Sánchez, del que aún no se conocen detalles), van surgiendo propuestas de distintos organismos para aliviar su situación.

Propuestas para articular las ayudas

El eurodiputado por Ciudadanos Luis Garicano ha sido uno de los últimos en presentar una iniciativa: que el Ejecutivo recurra al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) para obtener 15.000 millones de euros con los que ayudar a estas compañías.

Propone además que se apruebe una quita promedio del 20% para los créditos de pymes y autónomos que están en situación de insolvencia y son viables, lo que tendría un coste de unos 5.500 millones de euros para la banca, que luego serían compensados por el Estado.

"Nuestra propuesta es que, una vez que la banca acepte dichos niveles de deuda, necesarios para que las empresas viables pero insolventes sobrevivan y eviten la quiebra, el Estado debería igualar el nivel de quitas, ya sea con exoneraciones de impuestos o ayudas directas", apunta.

De los problemas de liquidez a los de solvencia

La caída de actividad que se ha producido por la crisis de la covid-19 ha provocado una fuerte caída de ingresos de muchas empresas, que no pueden cubrir con lo que facturan los gastos financieros derivados de sus deudas, sufriendo déficit de liquidez.

Algunas de ellas tampoco tienen ingresos suficientes para cubrir gastos de personal o alquileres, lo que les ha llevado a vender activos para obtener liquidez o a endeudarse.

El aumento de la deuda unido a la previsión de que registren pérdidas en el futuro cercano se traduce en un deterioro de su solvencia, es decir, su capacidad de devolver las deudas contraídas con los resultados que generen en el futuro. Un problema que afecta ahora mismo al 18% de las compañías.

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