Economía

El retorno de Borja Prado y los "depredadores" que gobernarán Endesa

Enel ha consumado esta semana el traspaso de poderes impulsado por Meloni. Se avecinan ventas de activos y posibles cambios en Endesa. Prado vuelve a estar en el lugar adecuado en el momento justo

  • Francesco Starace y Borja Prado, en una junta de accionistas de Endesa. -

Borja Prado vuelve a merodear en Endesa, la eléctrica que le echó hace cuatro años con un finiquito de 12,8 millones de euros. Del empresario madrileño se habla de nuevo estos días en los mentideros del Ibex, gracias a su virtud para estar en el lugar oportuno en el momento justo. Han cambiado los equilibrios de poder en Enel, dueño del 70% de Endesa. Y Prado es íntimo de los nuevos capataces.

Pese a alejarse -a la fuerza- de la primera fila del Ibex, Prado nunca ha salido de los círculos de poder de la capital. Tras su cese como presidente de Endesa, en 2019, movió hilos entre bambalinas desde su despacho de socio en Key Capital. Con buen olfato y una envidiable indemnización en el bolsillo, se hizo con una participación en el fondo de inversión. Desde Key Capital, participó, por ejemplo, en el despegue del proyecto de Superliga de su amigo Florentino Pérez. Key Capital también intermedió, un año más tarde, en la venta de derechos televisivos del Barça, impulsada por un Joan Laporta ávido de ingresos. 

Operaciones atractivas, pero poco más que 'peanuts' para un cazarrecompensas experimentado como Prado. Hablamos de un español rico de nacimiento (su padre, Manuel Prado y Colón de Carvajal, administró durante años la fortuna de Juan Carlos I) y que ha disfrutado del poder verdadero presidiendo una grande del Ibex. El futuro le sonríe hoy por los vientos que soplan desde Italia. En apenas cuatro meses, ha ascendido en el escalafón corporativo de Mediaset y está situado en una posición inmejorable para sacar rédito si la nueva Enel decide desprenderse de activos. Vayamos por partes.

Prado llegó en abril de 2022 a la presidencia institucional de Mediaset España (dueña de Cuatro y Telecinco), gracias a su conexión con Silvio Berlusconi. La caída en desgracia del consejero delegado, Paolo Vasile, le puso en bandeja poderes ejecutivos de los que carecía. El histórico directivo abandonó el barco el 31 de diciembre y Berlusconi dio a Prado ganó galones para ejercer en el área de las relaciones externas. Esta fue, sin ir más lejos, una de sus 'especialidades' cuando presidió Endesa.

A Prado se le abrió otra ventana de oportunidad poco después, en enero, cuando el Gobierno de Giorgia Meloni inició la renovación del consejo de Enel, controlada por el Estado italiano. Los nombramientos se han hecho efectivos este mismo miércoles en una maratoniana Junta de Accionistas. Entran por la puerta grande Flavio Cattaneo y Paolo Scaroni. El primero como consejero delegado y el segundo como presidente. Son dos viejos conocidos del 'establisment' italiano y llegan por orden directa de Meloni.  

El nuevo ejecutivo clave de Enel será Cattaneo, próximo al ala dura gubernamental que lidera Matteo Salvini. Su nombramiento es un regalo para Borja Prado por varias razones. De entrada, ambos tienen un vínculo en común: sus lazos con Berlusconi. Los dos se han cruzado en distintas operaciones. La más reciente es la venta al fondo GIP de Italo Nuovo Trasporto Viaggiatori, el operador de alta velocidad que presidía Cattaneo hasta que Meloni le llamó a filas para Enel. Prado sacó una buena tajada de esa transacción (250 millones de ingresos).

Cattaneo Endesa Enel
Flavio Cattaneo, nuevo CEO de Enel.

Hay una razón más, probablemente la más importante. La gran víctima de la renovación en Enel ha sido Francesco Starace, que ocupaba hasta ahora el puesto de CEO de Enel y la vicepresidencia de Endesa. Él es el artífice del giro estratégico del grupo italiano, que se ha expandido fuera de Italia y en el sector renovable a costa de engordar la deuda hasta los 60.000 millones. Ambas decisiones disgustan sobremanera al Gobierno de Meloni, muy crítico con la falta de inversiones en el mercado italiano y partidario de fortalecer la apuesta por el gas. 

A pesar del cambio político en Italia, y de que se intuía una renovación inminente en la cúpula de Enel, Endesa optó por renovar a Starace como vicepresidente, “un directivo con un ego descomunal” (así le describe alguien que le ha tratado de cerca). El consejero delegado de la eléctrica española, José Bogas, siempre cerró filas con él. Y eso es algo que Meloni y los nuevos mandamases de Enel aún no han perdonado. “El malestar en Roma es evidente. En el entorno de Meloni no se ha entendido la decisión de ‘blindar’ a Starace y hay quien presiona para que ese movimiento no quede impune”, cuenta un empresario bien conectado con la elite financiera italiana.

Endesa, en el foco

Sobre la mesa hay dos incógnitas que se resolverán en los próximos meses, cuando Cattaneo y Scaroni se asienten en sus sillones de CEO y presidente. La primera es cuándo empezarán a meterle un tajo a la deuda. Algunos analistas apuntan a Enel Greenpower, la filial de energías renovables, ‘sobredimensionada’ a juicio de colaboradores próximos a Meloni. También está en el foco la propia Endesa, auténtica 'gallina de los huevos de oro' para el Estado italiano (se ha embolsado 30.000 millones sólo en dividendos desde 2008).

La segunda cuestión es si la nueva dirección de Enel impulsará cambios en el consejo de administración de Endesa, para diseñarlo a su medida. Esta decisión afectaría directamente a Bogas, un directivo veterano y muy reconocido en el sector, pero que se mantuvo alineado hasta el final con Starace.

Endesa Bogas Enel
El consejero delegado de Endesa, José Bogas,EP

El asunto inquieta incluso en Moncloa. A la ministra del ramo, Teresa Ribera, le interesa mantener tendidos ciertos puentes con el sector eléctrico, indignado por los nuevos impuestos y la incertidumbre regulatoria. Y Bogas es un directivo 'moderado' en comparación con Ignacio Sánchez Galán, líder de Iberdrola, que llegó a plantar al propio Pedro Sánchez en la última edición de Davos.

En todos los escenarios sobrevuela la figura de Borja Prado. El expresidente de Endesa “nunca tuvo una buena relación con Bogas”, asegura un directivo que les ha tratado. Y “en Roma pueden pedir opinión por los futuros nombramientos al propio Prado”, añade. 

La mayoría de fuentes consultadas no le ven de nuevo en puestos de mando en Endesa. Pero sí influyendo en operaciones que puedan tener lugar en torno a la eléctrica y su empresa matriz. Es decir, al acecho de las posibles ventas de activos en Europa -España incluida- que pueda ordenar la flamante dirección de Enel. “Prado, Cattaneo y Scaloni son todos lo mismo”, añade alguien que conoce bien su ‘modus operandi’ en Italia. “Por encima de los cargos que hayan tenido, siempre han sido financieros con influencia y sociedades de cartera con las que han hecho sus propios negocios. Llevan el instinto depredador en el ADN".

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