El gigante energético italiano Enel echará el resto en su estrategia de descarbonización y a tal efecto ha elevado de forma significativa sus objetivos de inversión hasta 2022. Una circunstancia que afectará a su participada Endesa, que también verá revisados al alza sus previsiones, hasta los 6.300 millones de euros, lo que supone un 14% más de lo anunciado en 2018, cuando se publicó la primera versión del plan estratégico a cinco años.
Aunque no será hasta este miércoles cuando se conozca con detalle el plan revisado de Endesa, Enel ya ha puesto sus cartas boca arriba este martes en Milán, donde ha presentado su nuevo escenario al mercado. A la compañía española irán a parar un 22% de los 28.700 millones de euros que prevé destinar a inversiones, lo que supone un 11% más que las previsiones iniciales.
De esta cifra, algo más de la mitad irá a parar a procesos de descarbonización de su producción de energía. En concreto, 14.400 millones de euros, destinados principalmente a la sustitución progresiva de sus plantas de generación tradicional por otras con tecnología renovable. El grupo italiano prevé que el impacto positivo de este esfuerzo será de 1.400 millones de euros en términos de Ebitda.
4.200 millones de Ebitda para Endesa
De esta partida, Enel reserva 5.600 millones de euros para la instalación de 5.400 megawatios renovables para la sustitución de centrales convencionales en Italia, España y Chile. En total, Enel prevé incrementar su potencia renovable instalada en todos los mercados donde opera a un ritmo de 4.700 MW por año, frente a los 3.000 MW por ejercicio que recogía el plan original.
Las nuevas previsiones de Enel contemplan un beneficio bruto de explotación de Endesa de 4.200 millones de euros en 2022. Mientras, el grupo italiano prevé alcanzar el final del plan con un beneficio en torno a los 6.100 millones de euros, un 8% por encima de las anteriores estimaciones.