Un 34,3% de los menores de 16 años está en riesgo de pobreza o exclusión social (la denominada tasa AROPE), uno de cada tres. Según la encuesta de condiciones de vida publicada este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), es la tasa más elevada en prácticamente una década, desde 2014, final de la crisis financiera.

El aumento del último año, en 2023, ha sido considerablemente fuerte, de 2,1 puntos. En 2022 la tasa se situaba en el 32,2%. Aún así, fue la tercera mayor tasa de la Unión Europea, sólo por detrás de Rumanía (42%) y Bulgaria (34%), según los datos de la oficina estadística europea Eurostat.

En 2023 la tasa de población en riesgo de pobreza o exclusión social subió también 0,4 puntos en el grupo de 16 a 64 años (hasta el 26,4%) y, por el contrario, bajó 0,4 puntos en el grupo de 65 años y más (20,9%). La renta de estos últimos es la que más aumentó en 2023, un 9,4%.

Precisamente, este lunes el Ministerio de Inclusión organiza un evento sobre el Ingreso Mínimo Vital (IMV), en el que la ministra, Elma Saiz, ha destacado que se reduce la situación o el impacto de pobreza en los mayores de 65 años. "¿Tiene algo que ver con la revalorización de las pensiones garantizada por ley? Indudablemente sí", ha dicho.

En la encuesta de condiciones de vida siempre se pregunta a los ciudadanos acerca de la renta del año anterior a la entrevista. Es decir, que los datos últimos de 2023 en realidad hacen referencia al año 2022, cuando los españoles sufrieron una inflación histórica del 8,4%.El Gobierno empezó en 2022 a revalorizar las pensiones con el IPC medio del año anterior.

La pobreza severa, en niveles de 2014

En términos generales, sin desagregar por edad, la población en riesgo de pobreza o exclusión social ha vuelto a repuntar en 2023 y alcanza el 26,5%. Se eleva medio punto respecto a 2022, cuando cayó en 1,8 puntos, y regresa a los niveles previos a la pandemia.

Dos de los tres componentes de la tasa AROPE mejoraron en 2023. Tanto el riesgo de pobreza relativa -indicador que refleja cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población-, que bajó del 20,4% al 20,2%; como el porcentaje de población con baja intensidad en el empleo (con poca actividad), que pasó del 8,7% al 8,4%.

Sin embargo, el tercer componente de la tasa empeoró: el porcentaje de población con carencia material y social severa, que subió del 7,7 al 9%. De hecho, registró el mayor nivel desde 2014, también desde el final de la crisis financiera, según la encuesta del INE.

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