El inesperado apoyo de Alberto Núñez Feijóo a la reducción de la jornada laboral sigue generando gran debate interno dentro del PP. El respaldo explícito del líder popular a explorar fórmulas para trabajar menos días ha provocado cierto estupor en círculos económicos próximos al partido. Hay dos razones básicas. Una: se trata de una bandera difícilmente arretable a la izquierda. Y dos: el programa con el que el PP concurrió a las últimas elecciones generales ni siquiera hacía alusión al recorte de la jornada.
Este último dato demuestra con claridad que Feijóo ha improvisado la medida. El planteamiento no estaba en la agenda del PP hace apenas un año. Tampoco habían profundizado en ello los economistas que trabajaron o colaboraron para Génova en la elaboración del programa. En sus 112 páginas sólo hay una mención al asunto. "Potenciaremos la flexibilidad del horario laboral y un banco de horas, para que las empresas ofrezcan más flexibilidad a los trabajadores sin afectar ni a las horas trabajadas ni al salario", promete el PP en la medida número 163 del programa, que contempla un total de 365.
Quienes 'cocinaron' el documento eludieron mencionar directamente la reducción de la jornada a cuatro días. Nada que ver con los programas electorales con los que PSOE y Sumar se presentaron a los comicios del 23 de julio de 2023. El de Pedro Sánchez promete poner en marcha "un Plan Nacional para el trabajo flexible", que incluirá "un paquete de reformas legales" para mejorar la "conciliación de la vida personal y la profesional". El PSOE aboga por "jornadas híbridas que combinen lo presencial con lo remoto, horarios más adaptables, y la posibilidad de concentrar en cuatro días su semana laboral".
El programa de Sumar va mucho más allá. Propone establecer por ley en 2024 una jornada laboral máxima de 37,5 horas y abrir "un proceso de diálogo social para seguir reduciendo la jornada hasta alcanzar las 32 horas semanales". "Se avanzará en el debate sobre la reducción de la jornada laboral al apostar por esta como vía para reorganizar los tiempos de trabajo y equilibrar las necesidades laborales, de ocio y de cuidados", prometía el equipo económico de Yolanda Díaz.
Que el PP quiere pescar ahora en ese caladero electoral lo demuestra un hecho: fue el propio Feijóo quien mostró el giro de guión, en una entrevista en televisión. Es cierto que el líder popular vinculó la flexibilización a la mejora de la productividad. Pero también habló abiertamente de la posibilidad de trabajar "menos días a la semana".
Impacto de la jornada reducida en las pymes
El mensaje genera sorpresa entre economistas cercanos, entre otras cosas, porque el propio programa electoral aboga por fomentar el "crecimiento del tamaño de las empresas". "Haremos que las obligaciones fiscales y laborales, que desincentivan el crecimiento al superar ciertos umbrales, se implementen de manera diferida o a través de moratorias", asegura el documento del PP.
Quienes rechazan abiertamente la reducción de la jornada advierten, precisamente, del impacto que tendrá en las pymes y los autónomos, que representan el 99% del tejido empresarial español. Y más en un país volcado en los servicios, con poco peso del sector industrial, donde resulta menos complicado reorganizar -o al menos intentarlo- las jornadas laborales a cambio de medidas de productividad.
"Es indefendible", se quejan desde la cúpula de un gobierno autonómico liderado por el PP. Distintas fuentes cercanas coinciden en que ha sido clave la aportación de la Fundación Reformismo21. El 'think tank' que preside Pablo Vázquez presta apoyo a Génova, que cuenta con los medios justos para competir con el ejército de asesores en nómina de Moncloa. Algunas fuentes ven en el giro de discurso del PP la huella de Vázquez e incluso de Luis Garicano, quien fuera cerebro económico de Ciudadanos. El economista está centrado actualmente en la London School of Economics, donde ejerce de profesor, pero mantiene hilo directo con Feijóo.
Garicano siempre se ha mostrado partidario de reformas que conduzcan hacia un aumento de la productividad y una mejora del bienestar de los trabajadores. "¿Por qué no trabajamos menos horas?": titulaba el economista un artículo en 'El País' publicado en 2014, poco antes de incorporarse al partido naranja como fichaje estrella de Albert Rivera.
En el entorno del economista, sin embargo, aseguran que el ex responsable económico de Ciudadanos es un defensor de la flexibilidad, pero siempre que se cumpla un parámetro que ahora no existe: un incremento consistente de la productividad. Garicano siempre ha defendido que España necesita invertir en innovación o eliminar las innumerables trabas que lastran el crecimiento de las empresas. Y, sobre todo, regenerar las instituciones. Esas prioridades alejan a Garicano de la propuesta de Feijóo sobre la jornada laboral.
En la planta noble de Génova 13 son conscientes del ruido que ha generado el mensaje de Feijóo. Ahora bien, insisten en que el PP es partidario de sacar adelante medidas de este calado en las actividades que se presten a ello y con el respaldo de las organizaciones empresariales. De hecho, una de las propuestas concretas que ha planteado estos días el politico gallego es un "banco de horas", que permita a los empleados administrar mejor el tiempo de trabajo y de ocio. Esa idea sí figuraba en el último programa electoral del PP.
Para tranquilizar a sus filas y, sobre todo, a las grandes patronales, Feijóo quiere llevar a cabo una ronda de contactos con los agentes sociales en las próximas semanas. Entre ellas estarán CEOE, presidida por Antonio Garamendi; y Cepyme, comandada por Gerardo Cuerva. Los populares tmabién quieren mantener reuniones con los líderes de UGT y CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo.