Economía

Feijóo y la economía: el discurso sólido de un presidente que no lo será (por ahora)

Alberto Núñez Feijóo casi tuvo que pedir perdón al anunciar garantías para empresarios e inversores. Hasta ese extremo hemos llegado en la España que deja como herencia el Gobierno de coalición, cuyo líder ha estigmatizado a quienes

Alberto Núñez Feijóo casi tuvo que pedir perdón al anunciar garantías para empresarios e inversores. Hasta ese extremo hemos llegado en la España que deja como herencia el Gobierno de coalición, cuyo líder ha estigmatizado a quienes tienen capacidad y ganas de invertir. Mediaba su intervención en el debate de investidura y el candidato del PP proponía "garantizar más facilidades a los empleadores". "Y antes de que algunos de ustedes proclamen las soflamas que hayan escrito previamente, advierto: mi intención no dista mucho de las leyes que están impulsando gobernantes tan poco dudosos como los de Portugal o Alemania", aclaró el líder popular.

La economía que Feijóo sueña para España se parece a la alemana, por ser el gran ejemplo de toda Europa. Pero también a la de Portugal, un país gobernado por socialistas, que está encontrando el equilibrio entre los intereses de quienes tienen mucho dinero y quienes no lo tienen. En torno a esos referentes ha construido el político gallego el discurso económico para el día grande -y triste- de su investidura. Cuando el debate finalice, podrá abandonar el Congreso de los Diputados con la satisfacción de haber propuesto un programa sólido, pero con el pesar lógico que implica la derrota en la votación.

Las medidas económicas del candidato popular a presidente pueden agruparse en tres bloques, en torno a los colectivos hipotéticamente beneficiados. En el primero están las rentas bajas, las más vapuleadas por la eterna crisis inflacionista. Feijóo ha pisado sin complejos un terreno del que se habían intentado adueñarse PSOE y Unidas Podemos. El líder del PP ha planteado una subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), para alcanzar el 60% del salario medio. Eso sí, a final de la legislatura y "con criterios objetivos", es decir, producto de una negociación y no de una imposición a los empresarios.

Los hogares con menos recursos también serían los grandes beneficiarios de la bajada del IVA de la cesta de la compra. En lugar de retirar la rebaja actualmente en vigor, como pretende el Gobierno de Pedro Sánchez, Feijóo plantea no sólo mantenerla "temporalmente", sino extenderla a la carne, pescado y conservas, "hasta que no se controlen los precios con intensidad". El PP propone, además, que sigan vigentes el tipo reducido del IVA de electricidad y de gas, las dos partidas que más pesan -junto a la alimentación- en los presupuestos de las familias con rentas más bajas. También quiere implantar mecanismos para que las ayudas (como el cheque de 200 euros o el Ingreso Mínimo Vital) lleguen, de verdad, a los más desfavorecidos; o para redirigir a ese colectivo los ingresos recaudados con el impuesto a la banca, con el fin de aliviar el pago de las hipotecas.

El segundo bloque de propuestas pone el foco en las clases medias. La gran medida prometida es la rebaja del IRPF a los hogares con ingresos inferiores a 40.000 euros. A diferencia del Gobierno de coalición, que ha concentrado las ventajas fiscales en las bajas, el PP amplía el radio de acción y se dirige al tramo de la población con más contribuyentes. En la mente del equipo económico de Génova, con Juan Bravo a la cabeza, está el convencimiento de que sólo unas clases medias más deshogadas pueden devolver al consumo el ímpetu perdido con la pandemia.

El propio Feijóo ha recordado que los hogares españoles están perdiendo la capacidad de ahorrar, erosionada por la inflación. "Los ciudadanos han retirado en lo que va de ejercicio casi un 2% de sus ahorros bancarios, una cifra que no se alcanzaba desde 2011".

A esas familias van dirigidas claramente otras medidas avanzadas este martes por Feijóo. Un buen ejemplo es la promesa de echar a los okupas en 24 horas. Con ella se pretende generar confianza entre los pequeños arrendadores, para impulsar el mercado del alquiler y suavizar los precios de la vivienda (disparatados, sobre todo, en las grandes capitales).

Un Gobierno 'amigo' de los empresarios

En el último gran bloque se alinean los empresarios, los grandes y los pequeños. Para los emprendedores, el candidato popular plantea una "medida excepcional": suprimir los impuestos en los dos primeros años de actividad. Y para el conjunto de autónomos, pymes y grandes empresas tiene diseñada una rebaja de cotizaciones. Se trata de una de las medidas que más reclaman los empleadores, pero que chocaría -eso sí- con el saneamiento del sistema de pensiones prometido a Bruselas. El PP no ve impedimentos, al estar convencido de que potenciar la actividad empresarial es la mejor manera de impulsar el empleo (y con ello, las arcas de la Seguridad Social).

Feijóo no sólo quiere retener a quienes operan ya en la complicada España. También quiere extender las alfombra a los que duda de este país como destino inversor, por el muro de dudas e inseguridad jurídica que ha desplegado la coalición (los impuestos a grandes fortunas, bancos y energéticas son sólo tres ejemplos). "El deber de un Gobierno responsable es acompañar a los inversores. No hostigarles. No ahuyentarles. Que es lo que está pasando", ha asegurado el líder popular.

En ese sentido, ha recordado que la inversión extranjera se ha desplomado un 74% en el segundo trimestre de 2023. "¿Qué se podía esperar? ¿Insultarles y qué pusieran la otra mejilla?", ha preguntado el político gallego desde la tribuna. De cara a los grandes inversores, el candidato del PP a la presidencia plantea un recorte contundente de la deuda pública (uno de los desequilibrios que más preocupan a los mercados).

La senda que persigue Feijóo

A las grandes corporaciones, las que tienen más capacidad para movilizar inversión, Feijóo les promete una "renegociación" de "los mecanismos para inyectar los fondos más ágilmente". Por ejemplo, a través de "deducciones fiscales". Una "vía" a la que Sánchez y su vicepresidenta económica, Nadia Calviño, se han opuesto. Uno y otra siempre han considerado pocos efectivas y solidarias las bajadas de impuestos.

Por esa senda, precisamente, llevan tiempo transitando -con éxito- otros territorios comandados por el PP, desde el Madrid de Isabel Díaz Ayuso a la Andalucía de Juanma Moreno. Este mismo lunes se ha sumado al grupo La Rioja de Gonzalo Capellán, con deducciones en el IRPF para los hipotecados. Alberto Núñez Feijóo quiere que esa misma 'música' fiscal suene en toda España. Se lo ha hecho ver a todos los ciudadanos en su discurso de este martes, con el que no logrará la investidura como presidente.

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