Compaginar baja con trabajo. Es la propuesta que ha deslizado este jueves la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, para atajar el problema del absentismo laboral en España como consecuencia del boom de bajas por incapacidad temporal (IT), con un coste para las empresas y para el Estado.
Saiz ha puesto como ejemplo los tratamientos de cáncer o los casos de pluriactividad, donde la baja puede impedir trabajar en una de las ocupaciones pero no en la otra. Y ha comparado esta reforma con la abordada en las pensiones, que ahora da más opciones a aquellos que quieren compatibilizar trabajo y pensión.
“Dar más flexibilidad (…) que no sea estar de baja o de alta”, ha explicado Saiz. En la actualidad la regulación de la incapacidad temporal no permite compatibilizar la baja con un trabajo. La ministra ha subrayado que la reforma se abordará con la creación de un grupo de trabajo, en el marco del diálogo social y “desde el consenso”.
En una nota, el Ministerio explica que "el grupo de trabajo sobre incapacidad temporal estudiará, junto a los agentes sociales, un seguimiento de los procesos y prestaciones, cuya evolución supone una preocupación compartida por todos, con el fin de adaptar su regulación a la nueva realidad".
Las bajas y el absentismo en España
El aumento del absentismo laboral es un problema del que llevan trimestres alertando las empresas, pues acarrea un coste de 135.000 millones al año. El Gobierno se comprometió en verano a abordar este asunto tras la vuelta de las vacaciones con los agentes sociales.
Alrededor de un millón de personas faltan a su trabajo cada día de forma justificada al estar de baja por incapacidad temporal, sobre un total de 19 millones de asalariados. En 2019 los que se ausentaban por enfermedad eran la mitad, según datos de Randstad Research.
De la misma forma, las horas perdidas como consecuencia de las bajas médicas representan el 4,7% de la jornada pactada, una cifra que dobla de la 2013 (2,3%). A esto se suman las horas que se pierden por otros motivos justificados, como las vacaciones. Esto tiene un impacto directo sobre la productividad y los costes, lastrando la competitividad de las empresas.
El incremento del absentismo laboral ha hecho que la productividad por ocupado haya caído un 1,9% en el último quinquenio (frente al aumento del 1,3% en la UE), tal y como destaca el IEE. El Banco de España es sólo uno de los organismos económicos que ha alertado recientemente de este problema, que lastra el crecimiento del país.
Más absentismo en España que en la UE
España es la gran economía de la Unión Europea que más sufre el absentismo laboral. El número de horas trabajadas difiere cada vez más con las pactadas, fundamentalmente por el incremento de las bajas por enfermedad. Las empresas y el propio Gobierno están poniendo el foco en este problema, que lastra la productividad y competitividad.
En el primer trimestre del año, el último del que se disponen datos armonizados por la Unión Europea (a través de su oficina estadística, Eurostat) para todos los Estados miembros, España registró una pérdida de 1,4 horas semanales entre los asalariados. El absentismo laboral fue más intenso que el registrado en el conjunto de la UE (1,2 horas), y en las principales economías: Alemania (1,1), Francia (0,9), Italia (0,9) y Países Bajos (0,7).
Según los datos recopilados por el Instituto de Estudios Económicos (IEE), sólo Portugal se situó por encima de España, con una diferencia entre lo pactado y lo trabajado de 2,6 horas. En el mismo trimestre de 2019 la brecha entre lo pactado y lo trabajado en España no era sólo significativamente inferior (prácticamente la mitad, de 0,5 horas), sino que no había diferencia con la media de la UE (0,5).