Los operadores de telecomunicaciones llevan más de una década presionando a Bruselas para que empresas como Google, Amazon, o Netflix participen económicamente en el desarrollo de las redes de telecomunicaciones.
Los operadores señalan que los también denominados OTT (Over The Top) o Big Tech se aprovechan de sus inversiones en infraestructuras, logrando beneficios millonarios sin abonar un solo euro por utilizarlas. En los últimos tiempos la presión de las 'telecos', con Telefónica al frente en el caso de España, se ha incrementado notablemente en los despachos de Bruselas. Hasta dos veces en veinte días ha mantenido reuniones con representantes de la Comisión Europea (CE).
El mismo José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, se ha visto con el comisario Thierry Breton, responsable del Mercado Interior de la Unión Europea (UE). El motivo de la reunión por su traducción al español fue "El futuro de las infraestructuras de conectividad".
Pallete trasladó su malestar a Bruselas
Durante el encuentro, entre otras cosas, Pallete trasladó a Breton su malestar por el hecho de que las empresas Over The Top no colaboren en el desarrollo de las infraestructuras. Desde Telefónica consideran que son las 'autopistas' a través de las cuales gigantes como los anteriormente citados (también WhatsApp, Apple, HBO o Tik Tok) obtienen pingües beneficios.
Orange y Vodafone, a través de sus sedes y fiiales internacionales, también se han reunido con representates del gabinete de Breton. Le han trasladado la misma inquietud que Telefónica. Todas las empresas de telecomunicaciones -como es obvio- pretenden que los OTT colaboren en el desarrollo de infraestructuras. Se trata de empresas, además, que en muchas ocasiones no tributan desde España o desde los países desde los que dan servicio si hablamos de la Unión Europea. Lo suelen hacer desde Irlanda, donde las condiciones fiscales son más ventajosas para ellos. Los OTT se defienden. Aseguran que los operadores de telecomunicaciones ya reciben el dinero de sus clientes, y que no son ellos quienes deben sufragar las redes de telecomunicaciones.
Los ingresos de los operadores, casi congelados
Estas presiones por parte de las 'telecos' se producen en un momento complicado si se analizan sus resultados. Los ingresos están prácticamente congelados o descienden en algunos casos. A esto se ha de sumar que el 5G les obliga a incrementar las inversiones en el desarrollo de red.
Según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), los grandes operadores u operadores incumbentes, aquellos con red propia, han perdido una cuarta parte de los ingresos en favor de los Operadores Móviles Virtuales (OMV), compañías centradas en el bajo coste que alquilan las infraestructuras a los grandes. Un alquiler que se produce, según los arrendadores, en condiciones demasiado ventajosas. MásMóvil, ya en el tren de los grandes, y Digi Mobil son quienes más han impulsado los precios a la baja, obligando a los incumbentes a seguir la estela.
El crecimiento del sector ha sido de un 2,2% en lo que va de año. Se han facturado 5.771 millones de euros de enero a junio. Un 24,8% de estos ingresos (1.381,6 millones) fueron a parar a las arcas de MásMóvil, Digi Mobil y otras compañías low cost, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Eso no es todo. Los operadores calculan, según un estudio de su asociación ETNO, que será necesario invertir 300.000 millones de euros hasta 2027 en fibra óptica y antenas de telecomunicaciones para dotar a Europa del nuevo estándar de comunicaciones inalámbricas. Una cifra a la que hay que sumar la inversión en adquirir espectro radioeléctrico, es decir, las 'autopistas' de aire por las que fluyen las comunicaciones de los operadores.
El Gobierno ingresó 1.050 millones por subastar la banda de los 700 MHz, 437 millones por la de 3,6-3,8 GHz y prevé recaudar unos 127 millones por la de 26 GHz, que actualmente se encuentra en fase de consulta pública. Una factura que deberán pagar las compañías españolas. Este entorno tan complejo es el que está detrás del aumento de la presión para que los OTT paguen parte de los despliegues de red.