Una de las principales dudas que asaltan a quienes quieren comprarse una casa es si las actuales condiciones financieras y económicas son las más adecuadas para la realizar la mayor inversión que una persona va a realizar en su vida. Con el Banco Central Europeo haciendo todo lo que en su mano está para estrangular los volúmenes de crédito que se conceden en la Eurozona y realizar un aterrizaje suave de la financiación, se hace necesario conocer si los bancos van a seguir endureciendo las condiciones de concesión de las hipotecas, lo que han venido haciendo desde la primera subida del precio oficial del dinero, en julio del pasado año. Desde entonces, ha habido otras seis subidas, la última en mayo, hasta llevarlo al 3,75%. Todo parece indicar que habrá más.
Además de si las condiciones financieras van a seguir resintiéndose por la política monetaria del BCE, los posibles compradores siguen muy pendientes de la cotización diaria del euríbor, que en poco más de un año ha cambiado de estar en negativo a superar el 3,8%. Este indicador, sobre el que se basan las revisiones de préstamos hipotecarios a tipo variable, es la información económica más seguida, por encima, incluso, de la variación del Índice de Precios de Consumo.
Hoy, un préstamo hipotecario se puede conseguir a un plazo de entre veinte y treinta años a un tipo fijo medio del 3,60% con bonificación (para conseguir el préstamo en esas condiciones hay que suscribir entre cuatro y seis productos del banco, como seguro del hogar, tarjeta de crédito…) o rondando el 4%, sin ella. Son datos que facilita el comparador de productos financieros HelpMyCash en tiempo real, es decir, referidos al mes de mayo.
En febrero de este mismo ejercicio, con los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el interés inicial de una hipoteca a tipo fijo era del 2,96%. En abril de 2022, fue del 1,75%. Es decir, en poco más de un año, el tipo de interés inicial de una hipoteca a tipo fijo se ha incrementado un 68,2%. Si la comparación se realiza hasta mayo de este mismo año el aumento es de entre el 100% y el 129%.
Sin embargo, los compradores de vivienda siguen apostando por las hipotecas a tipo fijo. De acuerdo con los últimos datos recogidos por el INE, en febrero pasado, el 65,7% de las hipotecas sobre viviendas que se firmaron en España lo hicieron a tipo fijo, frente al 34,3% que se decantaron por el tipo de interés variable.
En febrero del pasado año, tres de cada cuatro hipotecas firmadas en nuestro país (exactamente el 74% del total) se hicieron con tipo de interés fijo. No es la cifra más elevada. En julio del pasado año se llegó a alcanzar el 75,4%. Sorprende, no obstante, que habiéndose incrementado el tipo de interés en hasta siete ocasiones desde julio de 2002, con la consiguiente traslación a todo tipo de préstamos y créditos, los compradores sigan prefiriendo el tipo de interés fijo al variable.
Tipos de hipotecas
La hipoteca a tipo de interés fijo ha existido casi siempre en España, pero la entrada de nuestro país en la entonces Comisión Económica Europea, y, sobre todo, el ingreso en la Unión Económica y Monetaria, en 1999, abrió el mercado financiero a otras posibilidades. A principios de los años noventa, lo habitual era obtener un préstamo hipotecario a tipo fijo durante los dos o tres primeros años de vigencia y a tipo variable (euribor más un diferencial ya establecido) durante el resto del periodo de amortización.
A mediados de 2020, el número de hipotecas a tipo variable y a tipo fijo se equilibraron, sin que hubiera una razón financiera (el precio oficial del dinero del BCE estaba en el 0% desde marzo de 2016) que justificara el cambio de tendencia, que no fuera la sensación de que la economía iba a permanecer en recesión durante muchos años por los efectos desconocidos de la pandemia de la Covid 19. Porque a mediados de 2018, cuando Pedro Sánchez llegó a La Moncloa, el 61% de las hipotecas se hacían a tipo fijo y en enero de 2016 el 89,8%; y en febrero de 2015, el 95,4%, un récord que sobrevive.
La clave tiene que estar en el euríbor y no en la comodidad para el comprador de la vivienda de saber que todos los meses va a pagar la misma cantidad. No es creíble el miedo que existe sobre hasta dónde llegarán los tipos de interés del BCE, cuando el precio más alto del dinero ha estado, en los 24 años de historia de la institución, en el 4,25%, en junio de 2000 (hoy, en el 3,75%)
Lo mismo pasa con el euribor. En sus veinticuatro años de existencia, su nivel más alto se dio en julio de 2008, en el 5,393%, después de fijar su cambio inicial, en enero de 1999, en el 3,062%. Es muy probable que quienes en estos momentos están en situación/necesidad de comprar un piso no hayan conocido un episodio de subida similar al que está produciendo en estos momentos: se ha pasado del -0,505% en enero del 2021 al +3,647% de abril pasado. Y eso asusta a cualquiera.
En Europa, en países como Finlandia, el pasado año, el 96,9% de las hipotecas se firmaron a tipo variable; en Polonia, el 68,7%; en Suecia, el 61,3%; en Portugal, el 67,2%. En mercados mucho más al norte que el nuestro, las hipotecas a tipo variable son casi desconocidas. Representan el 6,9% en Reino Unido, el 9,8%% en Holanda y el 14,4%, en Irlanda.