La financiación está más cara que nunca. No sólo para aquellos que buscan una hipoteca, también para los que lo tienen más fácil a la hora de pedir dinero a los bancos. Este es el caso de Iberdrola. La eléctrica que dirige Ignacio Sánchez Galán ha tenido que dar un acelerón a su plan de desinversiones para seguir cumpliendo con los objetivos de su plan estratégico.
Un acelerón de cerca de 7.300 millones de euros. Una cifra muy engordada por los 6.000 millones de dólares, 5.482 millones de euros al cambio actual, que ha logrado esta semana en México. Sánchez Galán y su equipo de operaciones, liderado por David Mesonero, cierran una de las mayores ventas de su historia al Mexico Infrastructure Partners (MIP).
Una macrooperación participada y autorizada por el Gobierno de México. La transacción está financiada por instituciones públicas mexicanas (FONADIN y Bancos de Desarrollo). Pero, más allá de cifras y relaciones políticas, la operación es una declaración de intenciones de la eléctrica.
Iberdrola vende para llevarse el capital hacia el crecimiento en nuevas oportunidades en Estados Unidos, un mercado al que quiere dedicar el 65% de sus inversiones hasta 2025 y donde la Ley para la Reducción de la Inflación (IRA por sus siglas en inglés) se ha convertido en la ‘receta regulatoria’ que mejor le suena a la compañía. El resto del capital apunta a Europa, donde los programas RePowerEU y Net Zero Industry Act captarán parte de su inversión.
La venta en México le permite reducir su exposición a un mercado que le había generado más problemas de los esperados y elevar su exposición a zonas con calificación crediticia 'A'. Con ella, alcanza el 90% de los objetivos de rotación de activos y acuerdos con socios, dos años antes de lo que se había marcado en su Capital Markets Day del pasado mes de noviembre.
Iberdrola en España y Alemania
Hasta esta semana, la gran venta que había realizado la compañía dentro de este plan era el denominado ‘Proyecto Romeo’. Iberdrola anunció en enero un acuerdo con el fondo soberano de Noruega, gestionado por Norges Bank, para vender un 49% de una cartera de 1.265 megavatios (MW) de nueva capacidad renovable en España, de los que un 20% eólicos y un 80% fotovoltaicos.
Una operación que le permitía ingresar 600 millones de euros. Y que, además de lo ingresado, le permite tener un socio con el que compartir el riesgo de los 6.000 millones de euros que prevé invertir en España hasta 2025.
Aunque el primer paso de este proceso de desinversión fue en Alemania. Iberdrola alcanzó un acuerdo Energy Infrastructure Partners (EIP) para la venta del 49% en el parque eólico marino Wikinger, que la compañía opera en aguas alemanas del Mar Báltico, por 700 millones de euros. Una operación que, al igual que ocurre en el ‘Proyecto Romeo’, le permite a la firma continuar controlando y gestionando el activo mientras comparte riesgos y beneficios con un gran socio financiero.
Su otra vía para alcanzar estos objetivos es ‘compartir gastos’ desde el principio. Iberdrola anunció el pasado verano la creación de una empresa conjunta o 'joint venture' con la petrolera británica BP para invertir 1.000 millones de euros en desplegar 11.000 puntos de recarga pública rápida y ultrarrápida en España y Portugal antes de 2030.
Un plan que tiene como objetivo compensar la inminente operación que va a cerrar en Estados Unidos. La eléctrica tiene guardados 9.000 millones de euros para ejecutar la compra de la mayor eléctrica del estado de Nuevo México, PNM Resources, y 2.000 millones para invertir en esa compañía tras su compra. Una operación que, tras dos años de dificultades, se espera que se cierre antes de verano.
Aquiles
Los beneficios del uso de terreno Municipal y Autonomico de los campos y montañas de España ....beben de quedarse Mayritariamente en los Municipios y Autonomias de España ....NO en las empresas , ni en el Gobierno ...YA que son los que padecen esos campos de Molinos progres y espejos donde NO crece nada debajo !!!
Yorick
41 años más viejo que aquel día, y sin jubilarme aún.