Economía

Iberdrola quiere en tres años hablar más inglés y menos español

Sánchez Galán decide dar a EEUU y Reino Unido el 63% de su inversión, para duplicar la influencia de estos países en sus ganancias. Dos regiones "estables" ante las dudas de mercados como España

  • Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola

Iberdrola tiene su sede en Bilbao, donde una gran torre con su nombre se ha convertido en un emblema de la capital vizcaína. Aunque la toma de decisiones de la mayor eléctrica española se realizan desde su edificio en Madrid porque es donde su presidente, originario de un pequeño pueblo de Salamanca, tiene su despacho. Pero la empresa cada vez habla más inglés y menos español. 

Una tendencia que en los próximos tres años irá a más. Desde la City de Londres y ataviado con la amapola del recuerdo como homenaje a las fuerzas armadas británicas, Ignacio Sánchez Galán anunciaba este miércoles en 'la lengua de Shakespeare' que los dos países donde más invertirá Iberdrola son Estados Unidos y Reino Unido. Cerca de 29.700 millones irán a parar a estos dos mercados, que multiplica por cuatro los 6.100 millones que destinará a España entre 2023 y 2025.

Aunque Iberdrola seguirá siendo profeta en su tierra en cuanto a lo de generar beneficio. España se mantendrá como el mercado con más peso en su resultado bruto de explotación (Ebitda), con un 31% de los 17.000 millones que espera ganar en 2025. No obstante, reduce la dependencia actual por el mercado español que ahora ronda el 50%. 

Con ese gasto de 29.700 millones, Iberdrola espera que Reino Unido pase de suponer 11% de sus ganancias al 18% en 2025 y que Estados Unidos alcance un peso del 24% de su Ebitda frente al 10% con el que cerró 2021. Porque Estados Unidos se ha convertido en territorio preferido para hacer negocios para Ignacio Sánchez Galán. 

Armando Martínez, que se estrenaba como CEO ante la gente que mueve el dinero de Londres, resumía esta preferencia por el país que lidera Joe Biden ante la pregunta de uno de los presentes. “La regulación es muy estable y conocemos muy bien sus normas”, sentenciaba el ejecutivo de Iberdrola. Una declaración que sonaba a ‘pulla’ contra el actual Gobierno español, donde sus relaciones están lejos de pasar por su mejor momento. 

Redes en Estados Unidos

Sánchez Galán considera que Iberdrola tiene una oportunidad con el negocio de redes de distribución de electricidad. Por eso va a dedicar el 57% de la inversión a las redes y espera que las redes le generen la mitad de las ganancias en tres años. Y, de nuevo, todo pasa por Estados Unidos. La eléctrica tiene guardados 9.000 millones de euros para ejecutar la compra de la mayor eléctrica del estado de Nuevo México, PNM Resources, y 2.000 millones para invertir en esa compañía tras su compra. 

Una operación que se frenó porque los organismo regulador local se lo impidió en el último momento a Iberdrola. Principalmente, por las dudas de los funcionarios americanos en la concentración de poder ejecutivo sobre Sánchez Galán y la investigación abierta que tenía entonces en el ‘caso Villarejo’.

Con su imputación archivada y el nombramiento de Armando Martínez, el presidente confía que todo su trabajo administrativo en Estados Unidos permita cerrar la operación antes de abril de 2023 para convertirse, no sólo en una de las grandes eléctricas estadounidenses, sino en uno de los grandes operadores de redes a nivel mundial. 

Iberdrola quiere en tres años hablar más inglés y menos español
Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, y Armando Martínez, CEO de Iberdrola

Iberdrola quiere más eólica marina

Su foco inversor, además de las redes, son las renovables. Como ya se sabía, Iberdrola destinará un 38% de su inversión total, 17.000 millones, en avanzar en la producción de energía ‘verde’ hasta 2025. En esta partida vuelve a dejar de lado a España. Desde Londres ha querido dejar claro al mercado que va a gastar el 46% de esta inversión en avanzar en eólica marina, un negocio que en aguas españolas será entre 2023 y 2025 será muy incipiente o casi embrionario. 

Es decir, cuando Sánchez Galán habla de eólica marina se refiere, de nuevo, a Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania. España tendrá que buscar su trozo del pastel de Iberdrola en el resto de las tecnologías renovables como puede ser la eólica terrestre, que acaparará el 25% de la inversión, la fotovoltaica, que absorbe otro 24% y la hidráulica, que recibirá un 2% de esos 17.000 millones de euros. 

Una producción verde que, junto con la comercialización, supondrá la otra mitad de los beneficios que no lleguen con las redes. Pero, como ha insistido Galán, Iberdrola tiene su mayor foco en las redes porque "son la columna vertebral de la integración de la nueva capacidad de las renovables". 

Una vía de negocio que les asegura ingresos predecibles y protección frente a la incertidumbre macroeconómica. La apuesta que Iberdrola quiere mayor seguridad en sus cuentas en estos tiempos de volatilidad, como ha comentado su presidente a los asistentes angloparlantes. Porque si algo ha dejado claro que quiere que pase durante los próximos tres años es que en Iberdrola se hable más inglés y menos español. 

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