La crisis energética provoca continuas fricciones entre el Gobierno y las grandes energéticas españolas. El nuevo capítulo de este choque llega a Bruselas. Iberdrola, Repsol y Acciona han notificado por escrito a la Comisión Europea su conformidad con su plan para reformar el mercado eléctrico europeo, pero han presionado para que evite ‘comprar’ las ideas proponen desde el Ejecutivo español.
Las compañías han sido contundentes en su opinión a la Comisión Europea. Una protesta que queda registrada en la ronda de consultas que ha tenido abierta Bruselas hasta este mismo martes. “Es completamente contraproducente”, señala Acciona “Deben evitarse los desfases de ingresos regulados”, apunta Iberdrola. “Limitan la toma de decisiones de los inversores”, destaca el comentario de Repsol.
Unas quejas que llegan a un proyecto legislativo que arrancó su compleja tramitación en enero con la solicitud de propuestas a los países miembros. La Comisión cerró el 14 de marzo su plan para cambiar la forma en la que se compra, distribuye y comercializa la electricidad en la Unión Europea. Tras anunciar su propuesta, el debate se traslada al Parlamento Europeo, que se espera que después de verano ofrezca su versión.
España es protagonista en todo el proceso. En primer lugar, la propuesta que envió a la Comisión el equipo de Teresa Ribera llamó la atención de empresas y países miembros, como Alemania, por su idea de aumentar la intervención de los estados miembros en sus mercados eléctricos con esta reforma.
La Comisión Europea no adoptó el plan español. Más que reformar, Bruselas planteó pequeñas matizaciones al actual mercado marginalista europeo. Su apuesta es mantener el sistema de precios marginalista en el mercado intradía, de forma que la tecnología más cara, generalmente el gas, fija el precio del resto de formas de generación. No obstante, es partidario de quitar volatilidad al mercado potenciando los mercados a plazo, como son los contratos por diferencias bilaterales (CfDs) apoyados por el Estado y los acuerdos de compraventa de energía (PPAs) en el ámbito privado.
Una reforma ‘light’, según el Gobierno español, y con buenas intenciones para actores del mercado como Iberdrola, Acciona o Repsol. El turno del Parlamento Europeo permite que ambas fuerzas lleven la reforma a su terreno. El Ejecutivo español cuenta en ese aspecto con el eurodiputado del PSOE, Nicolás González-Casares, el ponente oficial en esta propuesta legislativa.
Un 'status' que da al eurodiputado español el mandato de recopilar la posición de la cámara y redactar los informes que contengan la posición de todo el Parlamento Europeo. Y, como informaba Vozpópuli, González-Casares refleja esta intención con las 186 enmiendas que desveló la semana pasada a la propuesta que llegó al Parlamente desde la Comisión y que acercar la reforma a los planes del Gobierno.
¿Qué piden Iberdrola, Repsol y Acciona?
“Esta reforma debe abordarse no como una medida de emergencia a corto plazo, sino desde una perspectiva a largo plazo que aborde tanto las lecciones de la crisis como la aceleración de la descarbonización”, explica Iberdrola en su comentario.
La eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán pide a la Comisión que preserve y desarrolle los mercados marginales, proteja a los consumidores contra la volatilidad, facilite los mercados a plazo, impulse inversiones masivas en energías renovables, un marco estable para los operadores de red y evitar que se impongan precios por debajo de coste en situaciones de crisis. “Deben evitarse los desfases de ingresos regulados, las subvenciones cruzadas entre consumidores, las exenciones indebidas de derechos y obligaciones de los agentes implicados, las discriminaciones a los proveedores y la exacerbación de congestiones en la red”, apunta el comentario de Iberdrola.
Acciona celebra que la Comisión Europea opte por una evolución de la legislación del mercado eléctrico en lugar de cambios fundamentales. Por su parte, considera que el plan de Nicolás González-Casares permitiría a los Estados miembros introducir medidas que reduzcan aún más los ingresos del mercado para los operadores.
“Esto es completamente contraproducente: tiene poco sentido dar a los operadores una certeza total a nivel de la UE sobre lo que sucederá cuando haya una "crisis", y luego dar a los gobiernos nacionales un margen de maniobra para aplicar sus propias medidas, lo que resulta en una incertidumbre total. Esto socava claramente la integridad del mercado y da señales negativas para nuevas inversiones”, destaca en su comentario.
Repsol aplaude la idea que salió desde Bruselas para retocar este mercado eléctrico. Pero reclama cierta defensa hacia las pautas que se establecen “a nivel nacional”. "La incertidumbre del desarrollo del precio de la electricidad y los cambios regulatorios impulsados a nivel nacional siguen siendo una barrera importante para celebrar contratos a largo plazo, en particular la incertidumbre relacionada con las intervenciones regulatorias", asegura la energética española.
127 cartas
La idea de la Comisión con esta recopilación de comentarios era llevar la opinión de empresas y asociaciones energéticas al debate que continúa el Parlamento y el Consejo de Unión Europea, que desde julio preside España.
En total, 127 empresas y asociaciones han accedido a dar su opinión. Bélgica, Francia y España han sido los países miembros desde donde han llegado más participaciones.
Desde el sector energético español ha participado la Asociación Española de Almacenamiento de Energía (Asealen), Repsol, Fortia, Asociación de Comercializadores Independientes de Energía (ACIE), Holaluz, Iberdrola, Asociación Empresarial de Pilas, Baterías y Almacenamiento Energético (AEPIBAL), Acciona, Alianza por la Industria, Feique, Asociación para la Transición Energética y Fenie.
Enel (Endesa) también añadió desde Italia su comentario. Un elevado número de comentarios que se suman a la multitud de enmiendas que ya se están produciendo en el Parlamente y que pronostican un intenso debate sobre esta reforma en el próximo año.
