El Instituto Nacional de Estadística (INE) trabaja con los tres principales operadores españoles, Telefónica, Vodafone y Orange, en el análisis y rastreo de los movimientos en las zonas de confinamiento perimetral. Lo hace dentro del estudio denominado como EM-3, que comenzó en julio y finalizará en el mes de diciembre, y que se une a los otros estudios de movilidad realizados durante los últimos meses.
Así, el INE refleja precisamente en su último estudio, publicado a principios de este mes de noviembre, su interés por recopilar datos de movimiento ciudadano en zonas en las que se ha impuesto el confinamiento perimetral.
"Terminado el estado de alarma se plantea la necesidad de continuar con la serie de datos de movilidad para poder monitorizar lo que por entonces se denomina 'vuelta a la normalidad'. En el momento de escribir este proyecto (finales de octubre de 2020) hay en vigor abundantes restricciones a la movilidad en muchos puntos de España (confinamientos perimetrales) que hacen incluso crecer el interés por disponer de esta información", refleja el documento, al que ha tenido acceso Vozpópuli.
Los datos recibidos por el INE permiten tener un alto nivel de detalle de lo que sucede en el entorno de las zonas confinadas perimetralmente. No obstante, fuentes consultadas por este medio aseguran que "es posible que los confinamientos perimetrales por área sanitaria no coincidan en algunos casos con las áreas establecidas por el INE para el análisis del movimiento de personas, porque el organismo las establece en función de parámetros de volumen poblacional".
Contrato con los grandes operadores
Los contratos para el desarrollo de esta última fase de monitorización se han firmado con Telefónica y Vodafone, tal y como refleja el portal de contrataciones del Estado, compañías a las que también se ha sumado Orange -aunque su contrato aún no aparece en el portal de contrataciones-. Los tres grandes operadores serán una vez más los socios del Instituto Nacional de Estadística para analizar los movimientos de los españoles, en este caso con especial interés en las áreas de confinamiento perimetral.
El rastreo de los teléfonos móviles se realiza de forma anónima y agregada. Es decir, por grupos de población. Esto supone que no pueden ser identificados. Los datos se facilitan sin nombres o apellidos y por colectivos de comportamiento similar, nunca de forma individualizada.
En concreto, el INE hace seguimiento en su último plan de movilidad (el citado EM-3) de los datos de movilidad cotidiana -los movimientos que realizamos a diario- y los de población estacional. Se entiende por este último concepto el saldo resultante de las entradas de población no residente a un área concreta y la salida de población que reside en esa misma área.
El contrato de esta última fase adjudicada asciende a más de 300.000 euros (149.000 euros para Vodafone y 123.000 euros para Telefónica, ambos precios sin impuestos incluidos). En la plataforma de contratación, de momento y como decíamos al principio de este artículo, no aparece el contrato de Orange, aunque fuentes de total solvencia aseguran que lo estará próximamente. Telefónica ofrece el servicio a través de Luca, su unidad de datos especializada en Big Data e Inteligencia Artificial. Vodafone lo sirve a través de su solución Vodafone Analytics.
El ámbito de población sobre el que se realizan estos estudios es explicado por el INE como el de "los propietarios de teléfonos móviles de población residente en España de los tres operadores antes citados, es decir, de teléfonos móviles del plan nacional de numeración telefónica. Se excluyen teléfonos de numeración extranjera, que operan en España en roaming, normalmente en manos de turistas".
El Instituto Nacional de Estadística cuenta con un área de monitorización, análisis y seguimiento de la movilidad que abarca 3.214 áreas de toda España. El estudio toma datos de ciudadanos a lo largo de todos los miércoles y todos los domingos del periodo comprendido en el estudio, que como decimos arrancó este verano y finalizará el próximo mes de diciembre.