El Índice de Precios de Consumo (IPC) cerró enero con una tasa del 6,1% en términos interanuales, cuatro décimas por debajo de la tasa de diciembre (6,5%) y una décima más de lo avanzado hace unas semanas. De esta forma, sigue en niveles récord de hace tres décadas, según los datos definitivos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) este martes.
La tasa de variación anual de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aumentó tres décimas, hasta el 2,4%. Fue la más alta desde octubre de 2012 y se situó algo más de tres puntos y medio por debajo de la del IPC general. Esto indica el contagio del encarecimiento de la energía al resto de productos de la cesta de la compra.
Destacan los crecimientos anuales experimentados en los precios del pan y cereales, que bajaron en 2021, y de los aceites y grasas, que se mantuvieron estables el año pasado. También tuvieron una influencia positiva en el IPC las categorías de vestido y calzado, con una tasa del 3,7%, casi tres puntos mayor que la del mes anterior, causada porque los precios de todos sus componentes descienden este mes menos que el año anterior.
Asimismo, en enero repuntó el precio del transporte, cuya variación se situó en el 11,3%, cuatro décimas por encima de la registrada en diciembre, debido a que los precios de los carburantes y lubricantes para vehículos personales subieron este mes más que en enero de 2021. Finalmente, cabe reseñar también la subida de los precios del gas, mayor este mes que el año anterior.
El INE asocia el descenso en la tasa general a la menor escalada de la electricidad respecto a enero de 2021, revelando también la importancia del 'efecto base'. Esta es la primera caída que registra el IPC tras doce meses de escalada. En 2021, la media anual se cerró en el 3,1%, la más alta en diez años. Hay que remontarse a 2011 para encontrar un repunte similar. En 2022, se espera que los precios continúen creciendo, al menos hasta la segunda mitad del año.
Polémica por el cálculo del IPC
El INE y las empresas eléctricas colaboran desde septiembre para que el índice de precios al consumo incluya a los consumidores acogidos al mercado libre de electricidad, que representan el 60% de los consumidores. Sin embargo, esta colaboración todavía necesita tiempo, un asunto que desató la polémica hace unas semanas tras afirmar Caixabank Research que la estadística del INE está "claramente sesgada al alza".
El sector energético espera que el cambio se produzca ya en 2023, por lo que el INE mantendrá su cálculo actual a lo largo de 2022 mientras consigue con las empresas la mejor forma para recopilar todos los contratos de electricidad. En particular, el INE necesita extraer de las empresas únicamente los precios de los hogares, una tarea que no se antoja fácil, según ha podido saber este periódico por fuentes conocedoras.
Una inflación media elevada en 2022
Distintos servicios de estudios y organismos económicos españoles prevén que las tasas continuarán por encima del 5% varios meses y comenzarán a moderarse ya en la segunda mitad del año. Aún así, calculan que el promedio anual se situará entre el 3,7% y el 4,5%, superando el de Alemania, Italia o Francia, lo que podría restar competitividad a nuestro país. El Banco de España ya ha elevado su previsión de inflación media para este año al 4%, volviendo a niveles de 2008.
Caixabank Research calcula que el Índice de Precios de Consumo (IPC) medio se situará en España en el 4,55% este año, frente al 3,05% de Alemania, el 2,77% de Francia, o el 2,72% de Italia. En concreto, la entidad financiera espera que la inflación repunte un 6,4% en el primer trimestre, un 5,4% en el segundo, un 4,4% en el tercero, y un 2% en el cuarto. En todos los periodos registrará las tasas más altas de las grandes economías del euro, según las previsiones de los expertos de Caixabank.