Inmobiliario

Merlin prevé dar entrada a un nuevo accionista este otoño para adelantar siete años su apuesta por la IA

La cotizada en el Ibex 35 avanza en una ampliación de capital para alistar su megaplan de centros de datos antes de 2028 con una inversión de 2.600 millones

  • Ismael Clemente, CEO de Merlin.

El furor por la inteligencia artificial generativa ha acelerado los planes de Merlin Properties. La inmobiliaria del Ibex 35 prevé consumar este año, previsiblemente en otoño, una megampliación de capital para potenciar su línea de data centers.
La operación daría entrada a un nuevo accionista a cambio de una aportación prima mediante de unos 1.000 millones de euros, a los que luego se procuraría añadir otros 1.000 millones acudiendo al mercado de deuda.

Desde la inmobiliaria que encabeza Ismael Clemente no se da nada por definido a falta de una valoración definitiva de la nueva empresa - tampoco se descartan, de hecho, otras vías alternativas a la ampliación de capital- pero fuentes financieras apuntan a que la última se encuentra en un estado avanzado. El nuevo socio entraría, en principio, como segundo accionista por detrás de Banco Santander en la inmobiliaria, con una capitalización ahora algo superior a los 4.100 millones.

Entre los posibles interesados en aliarse con Merlín ha trascendido el nombre del fondo soberano de Arabia Saudí, el PIF, aunque no sería el único. La vía más probable apunta a un fondo soberano o de pensiones, con el segmento de los private equity como una alternativa menos factible.

El objetivo tras semejante operación no es el otro que el de acelerar significativamente los planes de Merlin para convertirse en líder en España y Portugal -y potencialmente en Europa- como operador de centros de datos

El objetivo esencial pasa por acelerar significativamente los planes de Merlin para convertirse en líder en España y Portugal -y potencialmente en Europa- como operador de centros de datos, una infraestructura cuya demanda venía creciendo ya desde antes de la pandemia pero que se ha disparado a nivel internacional al calor de la irrupción de la IA. La posición de España está cobrando además una relevancia estratégica para las grandes tecnológicas mundiales en materia de transmisión y almacenamiento de datos.

Cambio de planes en Merlin

Ante la demanda recibida, el equipo que lidera Clemente habría modificado sus objetivos de inversión en data centers, previendo alistar la capacidad del plan global de la compañía entre sus proyectos en País Vasco, Barcelona, Madrid y Lisboa antes de 2028.

Un período al cabo del cual la socimi procuraría haber volcado ya los citados 2.000 millones, que se sumarían a los 560 millones presupuestados por la propia Merlin para los primeros 60 megawatts de potencia. A fecha de 2021, el plan que se había trazado la inmobiliaria era de algo más de 1.550 millones de euros de inversión antes de 2035 en torno a los cuatro centros con dos hiperescalas de 100 mw en País Vasco y Lisboa.

Dentro de la estrategia que se perfilaba hace tres años, el objetivo de facturación por data centers pasaba por una facturación estabilizada superior a los 150 millones anuales en 2035. El nuevo plan, por contra, apunta a una capacidad de generación de más de 300 millones anuales ya en 2028, por los 475,6 millones que facturó en total la compañía en 2023 por todos sus activos (oficinas, centros comerciales y logística).

2023 fue el primer año en que la compañía pudo añadir a su volumen de activos unos 342 millones por centros de datos que compensaron en buena parte la devaluación del conjunto de la cartera

Así las cosas, la nueva estrategia de Merlin apunta a que los data centers se acaben erigiendo en la principal fuente de ingresos de la inmobiliaria, en contraste con la situación actual. El último curso, la socimi facturó apenas medio millón de euros por las primeras instalaciones operativas bajo el nuevo segmento.
La entrada en carga de los diferentes proyectos en materia de centros de datos sí que ya ha tenido un impacto contable en las cuentas de Merlin. 2023 fue el primer año en que la compañía pudo añadir a su volumen de activos unos 342 millones por centros de datos que compensaron en buena parte la devaluación del conjunto de la cartera por la evolución de los tipos de interés del Banco Central Europeo.
En suma, la inmobiliaria cerró el último año con un GAV de 11.270 millones de euros, un 3,4% menos que el año anterior.

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