Economía

Parados fantasma y millones de ocupados precarios: el lado oscuro del 'milagro laboral'

España no está en condiciones de dar ningún ejemplo en materia laboral. El elevado número de contratos a tiempo parcial y la 'trampa' de los fijos discontinuos 'maquillan' la estadística

  • Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, en los escaños del Congreso. -

La última Encuesta de Población Activa (EPA) evidencia que el mercado laboral resiste con fuerza. Hay un dato indiscutible: España tiene, por primera vez, más de 21 millones de ocupados. Es el primero de dos los hitos alcanzados en el segundo trimestre del año. El otro es la creación de empleo: entre abril y junio, se generaron 603.900 puestos, récord trimestral.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, se apresuró este jueves a sacar pecho en Twitter, por unos "datos extraordinarios que demuestran la fortaleza de nuestra economía". Dos días antes, el líder socialista también había presumido en su cuenta oficial de la mejora de las previsiones del Fondo Monetario Internacional. "España será la economía desarrollada que más crezca en 2023", tuiteó.

La salud de la economía es mejor que la de otros socios del entorno, como Alemania, que ha arrastrado a la Eurozona a la recesión. Sin embargo, España no está en condiciones de dar ningún ejemplo en materia laboral. La última EPA, pese a los hitos, tiene su lado oscuro.

De entrada, el fuerte avance de la ocupación en el segundo trimestre del año no impedirá que España siga siendo el país con más parados de la Eurozona. La tasa de paro ha bajado 1,6 puntos, hasta el 11,6%. Según el último balance de Eurostat, publicado en junio, la media europea se situaba en el 5,9%, prácticamente la mitad. El segundo clasificado era Grecia, con un 10,8%.

Los récords de la última EPA están sustentados en un avance espectacular del sector servicios, que genera mucho empleo… pero precario. El 'maquillaje' de la temporalidad que provocan los contratos fijos discontinuos y el elevado número de trabajos a tiempo parcial demuestran que el 'milagro' laboral español tiene sus trampas.

Los récords de la última EPA están sustentados en un avance espectacular del sector servicios, que genera mucho empleo… pero precario

Vayamos a los datos. El sector servicios nunca había empleado a tanta gente en España: 16,22 millones. Justo antes de la pandemia, trabajan 15,12 millones. Por tanto, la inmensa mayoría del empleo creado con Sánchez a los mandos se ha concentrado en los servicios. Para muestra, el último botón: este sector acaparó casi la totalidad de los nuevos puestos de trabajo generados (606.000).

Ni el empuje de los fondos europeos, que ha inyectado subvenciones millonarias a la industria, ha impedido que sigan arrasando los servicios, que aportan menos valor añadido a la economía y salarios más bajos a la hucha de las pensiones de la Seguridad Social. Este sector representaba, al acabar el segundo trimestre, el 77% de la ocupación en España, frente al 12,9% de la industria.

Que los servicios sean el principal motor del PIB explica por qué hay tanto empleo a tiempo parcial. Según la EPA, 2,84 millones de personas. El gran problema es que buena parte de los ciudadanos que eligen este tipo de jornada lo hacen a la fuerza. Más de 1,3 millones de personas declaran que trabajan a tiempo parcial porque no encuentran empleo a jornada completa.

La precariedad que esconde la EPA

Todo un síntoma de precariedad, fácilmente medible. No sucede lo mismo con los polémicos contratos fijos discontinuos. La EPA aún no refleja el impacto del 'boom' de esta modalidad contractual, que ha pasado de ser residual a acaparar gran parte del nuevo empleo fijo, a raíz de la reforma laboral.

El gran aumento de los contratos indefinidos (410.100) y el bajo volumen de los temporales (95.400) en plena campaña turística no puede entenderse sin el papel que juegan los fijos discontinuos. A falta de datos en la EPA, sirva el recuento que da el SEPE: en junio se registraron 632.000 contratos indefinidos, de los cuales casi 252.000 (el 40%) fueron fijos discontinuos.

Estos contratos también contribuyen a disfrazar las cifras reales de paro. A día de hoy, es imposible saber qué cantidad de trabajadores son fijos discontinuos pero no están trabajando en el momento en que se realiza la encuesta.

Hay indicadores que permiten hacer una aproximación. Por ejemplo, el economista Daniel Lacalle recuerda que en el segundo trimestre 1.675.000 millones de ocupados declararon al INE que no han trabajado ni una sola hora en el segundo trimestre. "Eran 1.094.000 en el segundo trimestre de 2019", denuncia.
Los fijos discontinuos están camuflados en ese bloque de la estadística. Sin embargo, el Gobierno mantiene oculto el dato bajo llave. El Ministerio de Trabajo prometió arrojar luz antes de las elecciones. De momento, prima la opacidad.

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