Economía

Laporta abre el debate de vender el Barça tras disparar la cuota de los socios

El club lanza una encuesta a su masa social con la pregunta sobre la conveniencia o no de la conversión en SAD horas después de una subida de la cuota del 30% tras endeudarse en 1.450 millones por el Camp Nou

"Joan Laporta será el último presidente de la historia del Barça. Nadie mejor que él para la transición", apuntan a Vozpópuli fuentes cercanas a uno de sus principales contendientes las pasadas elecciones. Dos años después, el otrora president del sextete ha dado el primer paso necesario para la venta: abrir el debate entre la masa societaria sobre la conveniencia o no de la conversión en Sociedad Anónima Deportiva, o que, al menos, se venda un 49% para dar entrada a accionistas que aporten liquidez -el llamado modelo alemán, con el que simpatizaría el exCEO del Barça, Ferrán Reverter.

La pregunta parece tener poco de casual. Si bien forma parte de una encuesta más amplia lanzada a los socios este 26 de abril, llega apenas horas después de que la masa social sufra un inédito recargo del 30% de cara a la próxima temporada que pone a prueba su barcelonismo y su interés en conservar el derecho a voto.

El recargo en las cuotas responde a la delicada situación financiera del club, ahora endeudado en otros 1.450 millones -más intereses- para activar la reforma del Camp Nou. Un proyecto a cuya firma la directiva hizo hincapié en el número de inversores participantes, 20, si bien los principales serían viejos y poderosos conocidos: bonistas de Goldman Sachs -el principal acreedor del club- y JP Morgan, además de grandes fondos como el americano Apollo, que ya intentó hacerse con los terrenos del Mestalla y ha financiado las obras del Bernabéu.

Laporta impuso su ley pese a la deuda

Contra el viento y la marea de disidencias incluso internas, el 'president' ha impuesto la voluntad de llevar a cabo la obra que considera medular para el futuro del Barça pese a la tormenta perfecta de su déficit operativo por hasta 200 millones, el factor reputacional de la investigación por los pagos al exvice de los árbitros Enríquez Negreira y la posible exclusión de la Copa de Europa, además de la elevada volatilidad financiera mundial.

La transparencia de la que hace gala el club blaugrana en no pocas ocasiones ha brillado por su ausencia en cuanto a la financiación del nuevo Camp Nou, de la que igualmente se esperan pronto más detalles oficiales, en especial, sobre el tipo y los plazos de devolución de los intereses. En suma, el club ha ofrecido como garantía el 55% de los ingresos del estadio, que pasarían a ser de 350 millones una vez completada su renovación -por los alrededor de 200 millones que se alcanzaron antes de la pandemia-.

Atendiendo a lo que ha trascendido, Laporta habría conseguido aplacar cierto impacto a corto plazo -por la carencia durante las obras, que terminarían en 2027- pero a costa de una amplia horquilla de riesgo de intereses "flexibles" que van de los 1.000 millones hasta los 2.500 en un plazo de 25 años. Por lo pronto, el Palau Blaugrana que estaba incluido en el proyecto inicial ha pasado a standby a la espera de la evolución del Camp Nou a cargo de la turca Limak. Los objetivos de eficiencia energética del nuevo estadio y el atractivo que sigue teniendo una institución como el Barça valorada por KPMG en unos 3.000 millones han allanado el acuerdo del lado de los inversores americanos, con creciente interés en el mundo del fútbol europeo.

El Barça incrementa las cuotas tras firmar la reforma

Justo después de firmar la financiación, la Ejecutiva de Laporta procedió a comunicar a los más de 140.000 socios un recargo de hasta el 30% en las cuotas para aplacar el impacto del traslado temporal a Montjuic la próxima temporada. Con la medida, el club busca recaudar in extremis 38 millones de euros, que equivalen al mínimo de intereses en un año que tendría que pagar el club por la reforma de su estadio.

Tras la nueva deuda asumida, el Barça acumularía mora por alrededor de 3.000 millones de euros -incluido el estadio, que no computaría igualmente como pasivo hasta 2027-, mientras que su facturación ordinaria se sitúa entre los 600 y 700 millones. Ya el pasado 2022, la directiva blaugrana vendió el 25% de sus derechos televisivos en LaLiga al americano Sixth Street por 520 millones, y el 49% de su división de negocio multimedia, Barça Studios, a las empresas Socios.com y Orpheus Media del magnate audiovisual Jaume Roures.

Con las palancas el pasado verano, Laporta dio un salto mortal para intentar mantener al Barça a flote en el área deportiva a la espera de la Superliga de Florentino Pérez y el mismo JP Morgan, que se estrenaría hipotéticamente en 2024-2025. El saldo del all in del president es, cuanto menos, agridulce: si bien el equipo apunta a conquistar LaLiga, no ha logrado siquiera pasar de la fase de Grupos de la Copa de Europa, con un consiguiente roto de otros 100 millones de euros.

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