Invertir en la mejora de nuestra red de carreteras, sobre todo secundarias, lleva asociado un retorno socioeconómico incuestionable en un plazo de tiempo muy corto, entre 2 y 4 años. La prevención es la inversión más rentable y no invertir, o invertir poco, supone miles de tragedias al año.
Son las conclusiones que señala Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre, de un informe sobre la contribución de las carreteras convencionales a la mejora de la seguridad vial elaborado por esta entidad en colaboración con la Asociación Española de la Carretera (AEC).
Y es que, si se invirtiesen 1.800 millones de euros en mejorar el estado de las vías convencionales, las más comunes en la red de carreteras de España, podrían evitarse hasta 300 fallecimientos al año y más de 800 heridos graves por siniestros de tráfico.
Dicha investigación, que permite cuantificar la inversión necesaria, identificar soluciones efectivas y analizar los retos actuales para mejorar este tipo de vías, se ha presentado en el marco del encuentro internacional ‘Salvando vidas en las carreteras rurales’, celebrado el pasado mes de abril y que contó con la presencia, entre otros, de Pere Navarro, director general de la DGT.
El informe demuestra que, aunque las carreteras de alta capacidad (autovías y autopistas) son las que más tráfico soportan (65% del total), actualmente casi tres de cada cuatro fallecidos en siniestros viales (cerca del 70%) se producen fuera de las ciudades, y alrededor del 50% del total anual proceden de accidentes que tienen lugar en vías convencionales, es decir, aquellas que cuentan con un solo carril por cada sentido de circulación y que representan el 89% del total de kilómetros de la red viaria española.
“Estas cifras constatan la necesidad inmediata de invertir en este tipo de carreteras y contribuir así a reducir las inaceptables cifras de siniestralidad existentes y alcanzar el objetivo cero de víctimas mortales y graves al que Europa se ha comprometido para 2050”, indicaba el director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre, quien destacaba que el informe es “el más detallado, cuantificado y concreto que se ha elaborado en España en los últimos tiempos”, y que supone “sólo el principio de un camino que hay que recorrer lo antes posible, ya que la resignación frente al estancamiento actual en la reducción de fallecidos en las carreteras españolas no puede ser una opción”.
Medidas de bajo coste
El informe proporciona las medidas más efectivas, todas de bajo coste, así como el número de siniestros graves y mortales que podrían evitarse si se llevaran a cabo en los diferentes tipos de vías convencionales.
El estudio destaca que las salidas de vía por la derecha y por la izquierda, así como el choque frontal y el fronto-lateral y los atropellos a peatones, son los siniestros más frecuentes en este tipo de vías y representan el 69% de los accidentes con víctimas, el 89% de los fallecidos y el 81% heridos hospitalizados.
Para evitar salidas de vía por la derecha, por ejemplo, el estudio propone medidas de bajo coste como la instalación de barreras de seguridad, teniendo en cuenta a los usuarios más vulnerables, que contribuirían a reducir hasta el 47% de las lesiones en estas carreteras, así como captafaros reflectantes, también denominados “ojos de gato”, elementos clave en la señalización de las carreteras porque contribuyen de forma decisiva a mejorar la visibilidad de los conductores y a reducir la siniestralidad, en concreto un 37%.
También destacan otras como el uso de pavimiento antideslizante en curvas o en intersecciones (-35% de siniestralidad), más líneas sonoras de borde (21%) y más balizas o cebreados en los arcenes (-13%).
Los siniestros por atropello a peatones también podrían reducirse, en concreto hasta un 60%, si se implantaran medidas de coste muy económico, como reforzar la iluminación a lo largo de los tramos próximos a las vías urbanas, así como incorporar sendas peatonales (-75%) y arcenes o espacios compartidos para viandantes (-70%), según indica el estudio.
Sugiere, además, otras iniciativas dirigidas a reducir los siniestros que se producen en vías con ciclistas, como seguir reforzando la señalización que permita advertir de su presencia, tanto fija como dinámica, y la red de rutas ciclistas seguras de tramos con alta circulación de ciclistas, así como utilizar pinturas antideslizantes.
Cumplir con las normas de tráfico es clave para reducir la siniestralidad, según apuntan los autores del informe, que ponen de manifiesto que, por ejemplo, respetar los límites de velocidad reduciría la mortalidad en un 20%, aproximadamente, y que usar el cinturón habría evitado al menos el 10% del total de víctimas mortales durante la pasada Semana Santa.
Birmania
El Gobierno tiene otras prioridades, le preocupan más las vidas de los palestinos que las de los españoles.