Economía

Merlin planea encabezar el mercado de centros de datos en España en la próxima década

La mayor inmobiliaria española espera activar el negocio en la segunda mitad del 2023. El plan de expansión podría llegar hasta 2035. La operación de las sucursales del BBVA, clave para limpiar la deuda pre-2025

  • Ismael Clemente, CEO de Merlin.

Superadas oficialmente las diferencias con sus accionistas, la dirección ejecutiva de Merlin Properties tiene ya todas las miradas puestas en el futuro de la compañía, entre cuyos objetivos sobresale el incipiente mercado nacional de los operadores de centros de almacenamiento de datos. En este sentido, el plan de expansión con el que trabaja la cotizada en el Ibex 35 contempla inversiones más allá incluso de 2030, hasta el 2035.

La mayor inmobiliaria española espera tener su primer centro operativo en la segunda mitad del 2023, en el País Vasco, al que se irían incorporando otros tres en Lisboa, Barcelona y Madrid. La compañía prevé obtener este año las licencias para iniciar todas las obras. Ya consiguió, por lo pronto, la del centro de Bilbao, en torno al cual ha alcanzado un amplio acuerdo de 45 años con un primer cliente-inquilino cuyo nombre se ha mantenido confidencial.

En Merlin llevan ya tres años dándole forma a un plan de expansión en data centers que busca replicar lo ya hecho por la compañía con las naves logísticas. Desde la socimi han reconocido la necesidad de buscar un socio con expertise en la construcción de estos centros, la estadounidense Endeavour, para avanzar en su compleja comercialización. Según han precisado desde Merlin, la inmobiliaria empezó a contratar el capex hace ya un año (el 31% a fecha de hoy), lo que le permitirá capear los cuellos de botella provocados por la actual crisis de suministro.

Merlin proyecta triplicar la potencia de sus centros después de 2026

El equipo de Ismael Clemente tiene así ya presupuestada una inversión de 600 millones de euros para conseguir una actividad de 70MW, que permitiría a Merlin alcanzar una facturación de 75 millones de euros anuales a partir de finales 2026 o principios de 2027. Semejantes números convertirían a los centros en la tercera fuente de ingresos de la inmobiliaria con un 15%, por detrás de las oficinas (ahora en el 57% y para entonces en el 50%) y la logística (20%).

El plan de expansión no acabaría allí sino que, en función de la demanda, se extendería hasta 2030-2035. Y ello, con una inversión de hasta otros 900-950 millones de euros, con los que se llevaría los centros de Bilbao y Lisboa a máxima capacidad (100MW). En ese escenario potencial, los centros de datos de Merlin alcanzarían una actividad de 236 MW que redundaría en rentas anuales superiores a los 150 millones de euros.

El objetivo del equipo gestor es posicionar a Merlin en una situación de liderazgo, potencialmente entre los tres primeros operadores del mercado en España. La compañía ve una oportunidad en territorio nacional, tanto por la reducida oferta actual (unos 100MW en total) como por el "timing" del mercado. En este sentido, destaca la reciente proliferación de distintos "cables submarinos" patrocinados por empresas como Google o Microsoft, de los que se beneficiará el centro de Merlin en Bilbao, y que harán de España un mercado especialmente ventajoso hacia fuera de Europa en términos de latencia. La Asociación de Data Center en España ha estimado que existe margen para inversiones en centros de datos superiores a los 6.000 millones de euros en los próximos años.

La compañía reduce su deuda

El viraje hacia la logística y los centros de datos busca sobre todo garantizar la viabilidad futura de Merlin, sustituyendo progresivamente sus rentas por negocios analógicos (como el de los centros comerciales y, muy paulatinamente, las oficinas) por otros digitales.

En la misma línea, la dirección prevé utilizar el grueso de los 1.987 millones de la venta de las 662 sucursales de BBVA (Operación Tree) para reducir su endeudamiento. En este sentido, la proyección es una reducción de la deuda neta por activo (LTV) del 39,2% al 31,2%.

La compañía aspira así a dejar plano el calendario de vencimientos hasta 2025. Con el dinero del traspaso de las oficinas a BBVA cancelaría una serie de créditos bancarios que vencen en 2024, al tiempo que de cara a los vencimientos de 2023 se trabaja tanto en acudir al mercado de capitales como en financiación bancaria para desplazar los vencimientos idealmente más allá de 2030.

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