Navantia ha adjudicado un contrato público para desarrollar un cuadro de mandos para localizar y estudiar amenazas cibernéticas en tiempo real. La naviera española, que construye barcos civiles y militares, quiere con ello proteger su negocio, de un alto interés nacional.
De esta forma, sus astilleros, barcos y oficinas serán menos vulnerables a ciberataques, práctica cada vez más común con el coronavirus. El sistema se desarrollará al completo en las oficinas centrales de Navantia, ubicadas en el número 132 de la calle Velázquez. De hecho, el contrato especifica que "en ningún caso será necesario desplazarse a los Astilleros". La cuantía de la licitación asciende a 115.000 euros y ha sido adjudicada a la empresa Gradiant.
"El objeto es construir un cuadro de mandos de ciberseguridad que permitirá a Navantia la toma de decisiones, así como recoger un conjunto coherente de indicadores que proporcionen información a la Dirección y a los distintos responsables de ciberseguridad mediante una visión comprensible del negocio o de su área de responsabilidad", explica el pliego de condiciones, consultado por Vozpópuli para la elaboración de esta información.
El sistema anti ciberataques de Navantia será desarrollado por Gradiante en las oficinas centrales que la naviera tiene en Madrid
Una de las tareas de Gradiant será generar informes de situación, posibles vulnerabilidades e ítems a mejorar. "El cuadro de mandos incluirá datos relativos a riesgos y oportunidades, indicadores de concienciación y formación, indicadores económicos, indicadores de la operación, etc. Los informes tendrán la funcionalidad de filtrado en las diferentes representaciones: gráficos, tablas, semáforos, etc. Los filtros serán interactivos y podrán tener relaciones entre los diferentes indicadores y la descomposición de los datos agrupados en datos más sencillos. Se construirán entre 4-6 informes (dashboards) para los ámbitos estratégicos, operaciones y tácticos".
Además, Navantia exige al contratante la construcción de hasta medio centenar de indicadores gráficos. "Se construirán entre 40-50 indicadores para su utilización en modo gráfico, semáforos, tablas, etc. La forma en que se muestre cada indicador no constituye un nuevo indicador sino una forma de representación de los datos".
Navantia invierte un millón en un sistema antidrones
En mayo del presente año Navantia sacó a concurso un sistema antidrones, destinado también a la protección de sus instalaciones y barcos. El coste del mismo ascendió a un millón de euros.
En este caso la licitación explica que "como consecuencia de la evolución tecnológica y los nuevos retos industriales orientados hacia la consecución de la transformación digital, Navantia va a poner en marcha un Plan de Seguridad Industrial que responda a todas estas expectativas y conectadas con los conceptos básicos del proyecto Astillero 4.0 actualmente en curso”.
La naviera española asegura que dentro del Sistema Integrado de Seguridad Industrial "se ha definido que los sistemas de seguridad actuales necesitan una mejora y actualización para adaptarlos a las nuevas exigencias y que permita su interoperabilidad con los futuros sistemas, especialmente con la Plataforma Digital”.
El sistema debe ser capaz de ubicar y detectar drones, así como a quienes los operan en tierra. También debe contar con la posibilidad de bloquear o inutilizar estas aeronaves tanto de forma automática como manual. Además, el contrato especifica la necesidad de contar con un registro de los eventos que sucedieran. Lo sistemas antidrones deben poder ser instalados en lugares diferentes de cada astillero, a fin de cubrir eventos concretos, como pueden ser botaduras de buques, visitas de autoridades o cualquier otro tipo de acto.
Los drones tienen múltiples aplicaciones en el ámbito civil y militar, pero también son utilizados con fines militares para sabotear o atacar instalaciones de cualquier tipo. Navantia pretende con este contrato reducir la esposición a este tipo de ataques. Básicamente existen dos formas de neutralizar un dron. La primera es derribarlo directamente desde un puesto en tierra, mientras la segunda consiste en atraparlo con un sistema de redes. Este último sistema es el preferible, porque el dron no sufre daños y se puede investigar la procedencia y el modus operandi del ataque.