Economía

El país del ‘enchufe’: seis de cada diez parados buscan empleo a través de familiares y amigos tras la reforma laboral

Aumenta la búsqueda de empleo a través de familiares y amigos tras la reforma laboral del Gobierno

  • El país del ‘enchufe’: seis de cada diez parados buscan empleo a través de familiares y amigos tras la reforma laboral -

La reforma laboral del Gobierno ha servido para cambiar la forma de contar parados y empleados y también para modificar la contratación indefinida, pero no ha modificado los métodos de búsqueda de empleo. El ‘enchufe’ a través de familiares y amigos sigue siendo la opción más utilizada para intentar encontrar trabajo. Según los datos de la EPA del segundo trimestre de 2023, un 58% de los parados, un punto más que antes de la reforma laboral, ha preguntado a parientes y amistades de su entorno sobre la posibilidad de ser contratado. Todo esto significa: que más de 1,6 millones de desempleados siguen utilizando este método en lugar de optar por otras opciones más profesionales; que la reforma no está generando nuevas expectativas laborales; y que vuelven a quedar en evidencia los escasos resultados de las oficinas públicas que sólo se limitan a tomar nota de las demandas que les llegan. 

La novedad es que el INE, a instancias de Bruselas, ha modificado la estructura de la EPA que analiza la búsqueda activa de empleo. Desde 2021 se ha fijado una pregunta cerrada que permite elegir hasta tres métodos alternativos de búsqueda, con la intención de armonizar las opciones utilizadas en los distintos países ya que el sistema anterior impedía su comparación. Por ejemplo, ha desaparecido el desglose de los métodos de los parados para establecerse por su cuenta buscando medios, desde terrenos, locales o materiales, o incluso la realización de gestiones para obtener financiación o permisos y licencias. Ahora, se consideran conjuntamente y no hay detalle alguno. También se ha eliminado la información de búsqueda no activa de empleo, es decir, se han suprimido situaciones como la de espera de los resultados de una prueba, la de preparación de oposiciones o la llamada de una oficina de empleo público, así como la de que el parado se haya apuntado a una bolsa de trabajo en una empresa privada. Además, se ha obviado la aclaración de si el contacto con una oficina pública es para inscribirse como demandante de empleo, para renovar o actualizar la demanda, para informarse sobre posibles ofertas de empleo o para recibir una propuesta de trabajo de dicha oficina. Y lo que es más importante, se ha suprimido la información sobre el método tradicional de búsqueda a través de los sindicatos, que se englobaba en el epígrafe de familiares y amigos. De esta forma, en 2020, salía que el 75% de los parados utilizaban la fórmula de familiares, amigos “o un sindicato” para buscar empleo frente a, por ejemplo, el 66% en el inicio de la gran depresión cuando abundaban las ofertas laborales. Por tanto, en la información que ahora resulta de la EPA no se extrapola el detalle de si la búsqueda se realiza a través de una organización sindical, enraizadas en las grandes empresas y sobre todo en las Administraciones y entes públicos, o incluso a través de los partidos políticos, que se han convertido en verdaderas agencias de colocación y en particular en el sector público. Sólo hay que observar, por ejemplo, que han aparecido 26.000 nuevos empleos en los ayuntamientos en los meses previos a las elecciones. De la estadística con la EPA anterior se desprende que estas organizaciones sumaban alrededor de 20 puntos y que la UE ha modificado esta pregunta seguramente porque en otros países es menos habitual el ‘contacto’ sindical o político para encontrar empleo.

El 'enchufe', en sistema preferido

En todo caso, el ‘enchufe’, sigue siendo, el sistema preferido y tradicional de los españoles en la búsqueda de trabajo ya que casi seis de cada diez parados usa los contactos personales. Haber estudiado anuncios de empleo es el segundo método utilizado alternativamente por el 46% de los parados (el mismo porcentaje que antes de la reforma laboral) sin que se especifique si se utilizan o no redes o de plataformas digitales. Por su parte, un 40% de los desempleados dicen haber puesto o contestado un anuncio de empleo frente al 32% de hace un año. Se trata de la opción que más ha evolucionado en el último año. 

Además, un 38% señala que ha contactado con empresas o empleadores de forma directa (se repite la cifra del año pasado). Un 36% (dos puntos más que antes de la reforma laboral) manifiesta que ha puesto o actualizado su curriculum en internet. Un 20% de parados (22% hace un año) indica que ha contactado con una oficina pública de empleo, con el matiz de que en la mayoría de los casos no es para buscar trabajo sino para inscribirse en el listado de demandantes, actualizar dicha demanda y sobre todo para poder cobrar la prestación. El cambio estadístico ‘eleva’ artificialmente este porcentaje de las oficinas públicas ya que, según cifras oficiales anteriores, el SEPE sólo ha colocado en los últimos años al 2% de los demandantes de empleo. Se trata de otra de las eternas reformas anunciadas por los gobiernos (políticas activas), en manos de las comunidades autónomas, que nunca se llevan a cabo y que evidencian la falta de confianza de los parados en estos establecimientos públicos. Casi un 15% responde que ha contactado con una oficina privada de empleo.

Y un 13% (dos puntos menos que antes de la reforma) manifiesta que ha realizado alguna prueba, entrevista o participado en un proceso de selección mientras que el 2%, un porcentaje  casi similar al de 2022, manifiesta que ha hecho gestiones para crear su propio negocio. Es decir, casi la totalidad de los parados pretenden ser trabajadores por cuenta ajena ya que es prácticamente testimonial la intención del autoempleo o del emprendimiento autónomo- 

Por sexo, se observa que son las mujeres las que más acuden al método tradicional de familiares y amigos (60%) para buscar un trabajo y las que también apuestan por estudiar los anuncios (46%), poner su curriculum en internet (37%) y acudir a las oficinas públicas de empleo (22%). En menor porcentaje acuden los hombres a la familia y conocidos (57%) y, por ejemplo, buscan más el contacto con empresas y empleadores (40%)

Tampoco la reforma laboral ha afectado notoriamente al tiempo de búsqueda de empleo. El 31% de los parados lleva hasta tres meses sin trabajo frente al 27% antes de la reforma laboral; el 29% lleva entre tres meses y un año frente al 25% del año anterior; y los que llevan más de un año representan ahora el 41% de los parados frente al 47% de hace un año. Es decir, de momento, sólo el paro de larga duración se ha visto beneficiado por el cambio normativo y el todavía aluvión de empleo fijo discontinuo e indefinido a tiempo parcial mientras que el resto se está viendo perjudicado.

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