Economía

El pinchazo del mercado laboral anticipa la destrucción de miles de empleos en agosto

Tradicionalmente en este mes la afiliación a la Seguridad Social cae en más de 100.000 personas. El mal dato de julio y el peso de los fijos discontinuos anticipan también un agosto 'negro' en el mercado laboral

  • La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. -

El frenazo del mercado laboral en julio, un mes en el que siempre se ha creado empleo y este año se han destruido 7.366 puestos de trabajo y ha crecido el paro en 3.230 personas, amenaza con un agosto aún peor. Tradicionalmente, en agosto la afiliación a la Seguridad Social suele caer en más de 100.000 personas. Sin embargo, los síntomas de ralentización que muestra el mercado laboral, sumados a los cambios estructurales que ha introducido la reforma laboral con un fuerte incremento de los fijos discontinuos que pronto entrarán en inactividad, apuntan a un agosto aún más negro.

El primer elemento a tener en cuenta son las señales de agotamiento que el mercado laboral empezó a mandar ya durante la última quincena de junio, con caídas en la afiliación diaria a la Seguridad Social de hasta 40.000 personas en algunos días de la última semana, y que si bien mejoraron en la primera quincena de julio, se retomaron en las dos últimas semanas de un mes de habituales crecimientos. Con todo, la afiliación media pasó de los 20,348 millones en junio a los 20,340 millones en julio, es decir, 7.366 puestos menos.

El final de julio apunta que el inicio de agosto no será más positivo, con algunos indicios particularmente destacables en los datos proporcionados por el Gobierno. Uno de ellos es que hay cerca de 200.000 personas que firmaron un contrato en julio de 2018 y 2019 y no lo hicieron este año. Esto puede deberse a que, con el cambio normativo de la reforma laboral, fueron contratados con anterioridad de manera indefinida, como ha defendido el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, este lunes en rueda de prensa; pero también al miedo y las dificultades de los empresarios para contratar más personal.

"Estos datos reflejan ya los efectos de la desaceleración económica y el incremento de la inflación en el empleo, con menor ritmo de creación de nuevos puestos de trabajo en el sector servicios, especialmente en hostelería, y anticipan un otoño complicado", comentan desde la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme). El propio secretario de Estado de Trabajo asumía un agosto "en negativo" por "la marcha habitual".

Además, el economista Florentino Felgueroso apunta al hecho de que los trabajadores más vulnerables, como los inmigrantes y los autónomos, son los que históricamente marcan las tendencias negativas en el empleo y, precisamente, fueron los que más afiliados perdieron en julio. En concreto, los trabajadores extranjeros bajaron en 36.265 personas en julio, hasta los 2,45 millones. Por su parte, los autónomos también descendieron en 10.422 personas, hasta los 3,34 millones.

El 'boom' de empleos fijos discontinuos

Por otro lado, en el mes de agosto la afiliación media suele descender en al menos 100.000 personas, con años como 2019 y 2018 en los que la caída se elevó por encima de los 200.000 y con la excepción de 2020, cuando se recuperó empleo perdido en meses anteriores, con el primer estado de alarma y las restricciones a la movilidad. "Si pasa siempre, incluso cuando las cosas van bien, este año debería repetirse también", apunta Felgueroso.

El tercer factor a tener en cuenta es uno de los efectos más relevantes de la reforma laboral: como penaliza los contratos de corta duración para aumentar la contratación indefinida, una de las modalidades de empleo fijo que más está creciendo es la de los discontinuos, ideada para trabajos estacionales o temporales. El número de contratos fijos discontinuos creados entre enero y julio supera ya el millón.

La cuestión es que, cuando acaba la temporada de empleo, los fijos discontinuos entran en un periodo de inactividad en el que dejan de trabajar y pueden recurrir a la prestación por desempleo. Y aunque estadísticamente no se contabilizan como parados por el Ministerio de Trabajo, sí dejan de computar como afiliados. De esta forma, a partir de agosto, con el fin de la temporada estival, se espera un peor comportamiento de la afiliación también por esta razón.

En este sentido, algunos economistas apuntan a la tormenta perfecta: una inflación al alza que merma los márgenes empresariales y reduce su capacidad de contratar más personal; sumada a un contexto de incertidumbre que tampoco favorece al empleo y a una reforma laboral que penaliza los contratos de corta duración, más demandados en la temporada estival, y fomenta los indefinidos.

La mayoría de expertos y analistas insisten en la necesidad de esperar algunos meses más para ver si hay un cambio de tendencia y, de esta forma, poder analizar causas y efectos. De momento, los datos muestran un mercado laboral en niveles récord, con más de 20 millones de afiliados, que muestra signos de agotamiento y desaceleración, tras el que ha sido el peor julio de la historia.

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