La fuerte competencia en el sector del coche eléctrico y la imposición de aranceles está llevando a los fabricantes chinos a buscar asentarse en Europa instalando directamente sus fábricas. La primera de ellas ya tiene fecha para comenzar a producir, y será Chery quien aproveche las antiguas instalaciones de Nissan en Zona Franca (Barcelona) para comenzar este mismo año a producir modelos de su marca Omoda.
Y es que, en los últimos meses, han sido numerosas las automovilísticas chinas que han mostrado interés en abrir fábricas en Europa: el gigante SAIC, que opera la mayor parte de sus negocios exteriores bajo la marca MG, aseguró en julio que seguía buscando una localización tras cumplir el objetivo que se había marcado para empezar a hacerlo, superar las 100.000 ventas en la región.
También Leapmotor, que ya vende en mercados como Francia, cerró un pacto con Stellantis para producir un compacto eléctrico en la planta del grupo en Tychy (Polonia). Y Great Wall Motor (GWM), cuyo presidente, Mu Feng, calificó a Europa de "mercado estratégico clave", también está buscando un lugar en el que fabricar en el Viejo Continente, y suenan países como Alemania, Hungría o República Checa.
En octubre, Mu advirtió que la expansión global de los coches eléctricos chinos no estaría exenta de problemas, en referencia a iniciativas como la investigación abierta por la Comisión Europea sobre las subvenciones del Gobierno chino a los eléctricos, un 20% más baratos que los europeos.
Según la Comisión, que podría imponer nuevos aranceles, los vehículos chinos tienen una penetración del 8% en el mercado comunitario, una cifra que podría duplicarse al 15% en 2025 a este ritmo, algo que, en su opinión, supone una "amenaza económica" para la industria automotriz europea.
El propio Elon Musk, CEO de Tesla y pionero en el sector del coche eléctrico, ya calificó a la industria automotriz china como "la más competitiva del mundo" y advirtió de que, si no se establecen aranceles o barreras comerciales, acabaría arrasando con la mayoría del resto de empresas del sector en el mundo.
Barcelona, primera fábrica china
Y uno de los primeros objetivos de los fabricantes chinos, producir en suelo europeo, ya se ha consolidado con el acuerdo para que Chery ensamble vehículos en la antigua planta de Nissan Barcelona y se convierta en el primer fabricante chino en instalarse en el viejo continente.
Chery, que después de España tiene intención de abrir una segunda fábrica en el Reino Unido antes de 2030, tiene clara su estrategia, y no oculta que, como señala el presidente de la rama internacional de Chery, Zhang Guibing, "si tienes una fábrica local, los clientes confían más en tu marca".
La presencia china en la fabricación en Europa se ha centrado en los últimos años en inversiones en firmas locales, con Geely, una de las principales compañías del sector en el país asiático, como gran protagonista.
La automovilística china, con sede en la ciudad oriental de Hangzhou, compró la sueca Volvo Cars, hasta entonces propiedad de la estadounidense Ford, por 1.800 millones de dólares en 2010, y aún hoy controla un 78,7% de la compañía. Volvo Cars cuenta con fábricas de automóviles en la ciudad donde aún conserva su sede, Gotemburgo (Suecia), y en Gante (Bélgica) y de motores en Skövde (Suecia).
Ahora, Chery empezará por montar en Zona Franca su modelo Omoda 5, cuyas piezas, desmontadas en origen, viajarían desde China a Barcelona, donde se acabaría de ensamblar. Más adelante, realizaría todo el proceso de fabricación de estos modelos en la planta de Zona Franca, lo que supondría un impacto económico mucho mayor en el territorio ya que requeriría trabajar con proveedores locales.
Además, el acuerdo contempla también producir dos modelos de vehículos eléctricos de la marca española Ebro, propiedad de Btech, el primero de ellos un pick-up eléctrico que comenzaría en el último trimestre de este mismo año.
