Había un pacto de silencio sobre la reforma laboral en el Gobierno. Y Yolanda Díaz lo ha reventado. Este hecho explica por sí solo el vídeo del Parlamento que más ha dado que hablar en esta semana fatídica, con la crisis de Ceuta golpeando en la línea de flotación de La Moncloa.
En la secuencia se ve a la vicepresidenta segunda, Nadia Calviño, mirando con cara de incredulidad a otra vicepresidenta, la tercera, a la sazón ministra de Trabajo y compañera de mesa en el Consejo de Ministros. La titular de Economía -reconocida dentro y fuera de España por su experiencia, su mano firme y su frialdad en la toma de decisiones- no puede reprimir una mirada humana de hartazgo, al escuchar cómo Yolanda Díaz vuelve a prometer desde su escaño que derogará la reforma laboral. Acto seguido, Calviño alza la mirada al cielo, tapado por el techo del Hemiciclo.
El viraje a la izquierda de la titular de Trabajo, hacia posiciones menos moderadas, amenaza con provocar otro incendio en el peor momento, a las puertas de que llegue la primera remesa de fondos europeos. Sin reformas decididas, se puede ver comprometida una partida de 27.000 millones. De ahí que empiece a preocupar en el ala socialista del Gobierno la actitud de Díaz, partidaria de derogar en vez de avanzar en las líneas que pide Bruselas (mercado laboral, impuestos y pensiones).
La preocupación y el disgusto de Calviño tiene que ver con un pacto no escrito en el seno del Gobierno. Conscientes de la importancia de enviar un mensaje firme a Bruselas, los ministros del área económica se comprometieron hace meses a no hablar en público de la derogación de la reforma laboral, según confirman a Vozpópuli fuentes conocedoras de las conversaciones.
Derogación abortada de la reforma laboral
Que el compromiso era firme lo demuestra un hecho: desde mayo de 2020, cuando Calviño desactivó el acuerdo entre PSOE, Unidas Podemos y Bildu para enterrar la reforma, ningún ministro ha vuelto a hacer campaña a favor de la derogación. Ni siquiera Pablo Iglesias quiso remover el asunto cuando era vicepresidente; y eso que la anulación de la reforma laboral de Mariano Rajoy es una de las principales banderas que enarboló el partido morado al entrar en el Gobierno de coalición.
Fue Yolanda Díaz quien dinamitó ese pacto de silencio, justo una semana después del desastre electoral en Madrid y el abandono de Iglesias. El día 11, durante la presentación de Componente 23 del Plan de Recuperación, la ministra aseguró abiertamente que las medidas trasladadas a Bruselas suponen el entierro de la ley de Rajoy. "No solo es la derogación de la reforma laboral del PP sino que es aún más ambicioso”, afirmó.
Fue Yolanda Díaz quien dinamitó ese pacto de silencio, justo una semana después del desastre electoral en Madrid y el abandono de Iglesias
Las declaraciones no fueron un desliz. La ministra volvió a la carga con la promesa durante su intervención en el 43º Congreso Confederal de UGT. "Compañeras, compañeros, vamos a derogar la reforma laboral”, aseveró en presencia de la cúpula del sindicato, con Pepe Álvarez a la cabeza. Y un día después, trasladó el mismo mensaje a los diputados presentes el Hemiciclo, ante la mirada atónita de Calviño.
En los últimos días, la vicepresidenta económica ha trasladado a su entorno su pesar por la ruptura de ese 'pacto', según confirman a Vozpópuli fuentes cercanas. Y es que, durante la crisis, Díaz ha mostrado una actitud más conciliadora con las patronales.
A algunos empresarios les ha sorprendido el cambio de tono de la ministra. A la defensa pública de la derogación se suman gestos simbólicos como el que protagonizó este viernes. Díaz asistió al estreno de de Conpymes, una pequeña asociación empresarial que se ha transformado en patronal para intentar comer terreno a Cepyme y CEOE. Al acto también asistió como 'madrina' la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, quien intervino para defender la iniciativa.
Lo que ha llamado la atención entre los agentes sociales es el apoyo de la ministra a la nueva patronal. Conpymes se basa en una estructura ya existente, la de Pimec. Se trata de una veterana asociación catalana fundada en la época de Jordi Pujol, pero que con el tiempo ha derivado hacia posiciones independentistas. De hecho, en la actualidad tiene fuertes vínculos con ERC.
Que los movimientos de la ministra sean un gesto de cara a las bases de Unidas Podemos o una iniciativa más seria se verá con el paso del tiempo. El Gobierno tiene siete meses por delante para debatir con los agentes sociales los cambios en materia laboral. La fecha autoimpuesta para tener lista la reforma es el 31 de diciembre.
En privado, algunos empresarios importantes han alabado la postura dialogante de la titular de Trabajo. A esa experiencia se agarran para confiar en que las andanadas de Yolanda Díaz, y sus afrentas a Calviño, se queden en fuegos de artificio.