El Banco de España ha publicado este martes un informe sobre el impacto que tuvo en el empleo la subida del 22% de Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que se aplicó desde el 1 de enero de 2019, en el que concluye que este incremento que no tenía precedentes provocó destrucción de empleo entre los colectivos afectados por la subida: aquellos que hasta ese momento cobraban 735,90 euros en 14 pagas y pasaron a ingresar 900.
"La estimación del impacto del incremento del SMI en el empleo para el episodio analizado en España sería consistente con una pérdida de empleo neta de los trabajadores directamente afectados de entre 6 y 11 puntos porcentuales, lo que equivaldría en este caso a un impacto en el empleo asalariado total de entre el 0,6 y 1,1%", recoge el supervisor en uno de sus informes más esperados. Pese a que no da una cifra concreta, esta destrucción de empleo se traduce en una pérdida de entre 100.000 y 180.000 empleos si se miran los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
No hay que olvidar que la institución que gobierna Pablo Hernández de Cos alertó, cuando se aprobó la subida del Salario Mínimo, de que podría provocar una menor creación de empleos de hasta 125.000 puestos en los colectivos en los que tiene más incidencia y, a raíz de esa advertencia, le llovieron críticas del Gobierno que exigían evidencias para hacer esos avisos.
Ahora, el supervisor analiza cómo evolucionó el empleo en el año 2019 y, aunque advierte de que es difícil establecer una relación de causalidad porque en el mercado laboral intervienen muchos factores, sí detecta peor comportamiento del empleo en los colectivos en los que predomina el SMI, como los jóvenes.
Al subir el SMI, sube la probabilidad de despido
Entre las conclusiones del Banco de España destaca que, según la información microeconómica más actual disponible, se produce "un incremento limitado de entre el 2 y 3% en la probabilidad de perder el empleo de los trabajadores directamente afectados por la subida del SMI de 2019, en un colectivo relativamente apegado al mercado laboral como los trabajadores del régimen general que han trabajado un mes a tiempo completo".
"Teniendo en cuenta que el SMI aumentó entre 2018 y 2019 un 22%, la respuesta de la pérdida porcentual de empleos de este colectivo asociada a la subida porcentual del Salario Mínimo (o elasticidad del empleo al SMI) se situaría entre –0,1 y –0,15. (...) Por cada punto porcentual de subida del SMI, se produciría un menor crecimiento del empleo de los trabajadores directamente afectados entre 0,3 y 0,5 puntos porcentuales", especifican.
Para los trabajadores afectados por la subida, se estima un incremento de la probabilidad de perder el empleo respecto al escenario contrafactual, de mantenimiento del SMI inalterado,de entre un 2,3% y un 3,2%"
Los afectados mayores de 45 años muestran una propensión a perder el empleo más elevada, más cercana al entorno del 3% que del 2%.
El supervisor explica que, por un lado, los trabajadores con menor salario perdieron el trabajo "con mayor probabilidad de lo habitual tras la subida del SMI" y que, por otro, "aunque no hubiera habido cambios en los despidos, la creación de empleo a esos niveles salariales se podría haber visto reducida sin haber sido compensada con nuevos puestos de trabajo a salarios algo superiores".
Esto se fundamenta en el plano teórico, ya que "en condiciones de competencia perfecta, y en ausencia de otros cambios en la demanda de bienes y en la productividad de los trabajadores", el encarecimiento de los costes laborales (provocado por la subida del Salario Mínimo) normalmente conllevaría tanto una disminución de las nuevas contrataciones como un aumento de los despidos, llevando por tanto a una subida de los salarios pero, en paralelo, también a una caída del empleo de los trabajadores afectados.
La subida del 22% afectó a un 10% de los trabajadores
Cuando el Gobierno de Pedro Sánchez en solitario aprobó la subida del 22% el Salario Mínimo, este incremento afectaba a un 10% de los trabajadores del país, que tenían bases de cotización iguales o inferiores a la de referencia del SMI (900 euros en 14 pagas o 1.050 en 12 pagas). Supuso un importante aumento, ya que la subida precedente, de 2017, sólo afectó a un 4% de los trabajadores.
La incidencia, no obstante, no es homogénea para todos los empleados: un 23% de los jóvenes cobraba ese nuevo SMI, mientras que la incidencia bajaba al 7,4% para los mayores de 45 años.
También había más presencia del salario mínimo en el caso de los contratos temporales (17%, frente a un tercio en los indefinidos), entre los trabajadores con menor nivel de cualificación o en las pymes de menos de cinco empleados. La incidencia del Salario Mínimo era, además, superior a la media en los sectores de servicios de mercado (un 9,3% lo cobraba) y en la agricultura (59,2%).
"Se observa un peor comportamiento del empleo en aquellas celdas con mayor incidencia del SMI desagregadas por provincia y grupos de edad que, además, es estadísticamente significativa. Por grupos de edad, es decir, analizando la diferente evolución provincial de la afiliación dentro de cada grupo de edad, hay una correlación negativa significativa entre afiliación e incidencia del SMI para los trabajadores más jóvenes y también para aquellos entre 45 y 60 años", señala la institución.
Por comunidades y provincias, se observa también una asociación negativa entre la evolución del empleo y la incidencia del SMI, de forma que, "en aquellas provincias o CCAA con mayor incidencia, el empleo habría tendido a comportarse peor a lo largo de 2019", advierten.
Se redujeron las posibilidades de encontrar empleo
La subida del 22% del Salario Mínimo también provocó una caída de las opciones de encontrar un puesto de trabajo. Concretamente, el supervisor estima una reducción en la creación de empleo del 4,3% para la población entre 16 y 24 años y de 2,7% para la población entre 16 y 64 años.
Según la Muestra Continúa de Vidas Laborales, el número de contratos por cuenta ajena con bases menores o iguales a 1.050 euros (l SMI de 2019) ha presentado una ligera tendencia a la baja que le ha llevado a representar alrededor de 1,6 millones de contratos en enero de 2016 a oscilar entre 1,2 y 1,4 millones en 2018. Tras la subida del SMI a partir del 1 de enero de 2019 se observa una caída brusca de los contratos con bases menores o iguales a 1.050 euros hasta situarse alrededor de los 800.000.
De hecho, el colectivo que ha ido soportando el crecimiento del empleo ha sido el de contratos por encima de los 1.400 euros pasando de representar más de 8,5 millones en enero de 2016 de contratos a estar por encima de los 11 millones en 2019.