La administración concursal a cargo de Pullmantur Cruceros ha puesto la lupa sobre los propietarios de la empresa española Royal Caribbean Group, el segundo mayor grupo del mundo de cruceros, y Cruises Investment Holding, de la firma de capital riesgo Springwater. Sobre las compañías planea la posibilidad de que el concurso sea declarado culpable.
El Juzgado Mercantil número uno de Madrid declaró el pasado 31 de julio en concurso de acreedores a Pullmantur Cruceros. El cese de la actividad de la empresa, que aludió a los efectos de la pandemia sobre su negocio a la hora de tomar la decisión, afectó a cerca de 150.000 pasajeros, y a 350 trabajadores solo en España.
Data Concursal, el despacho fundado por Francisco Vera, designado administrador concursal de Pullmantur Cruceros, ha solicitado la modificación del régimen de intervención de las facultades al de sustitución,"en base a la existencia de indicios de una posible declaración del concurso como culpable", explican fuentes conocedoras del proceso.
El pasivo total de las empresas concursadas dependientes de Pullmantur supera los 130 millones de euros, estiman las fuentes consultadas.
Se investiga si Royal Caribbean aprovechó la pandemia para llevar los barcos de Pullmantur al desguace y quedarse con sus clientes
Las mismas fuentes señalan que la sustitución de facultades "se ha solicitado en interés del concurso y de los compromisos con sus clientes". Francisco Vera ha estado al frente de otros grandes concursos de acreedores, como los del grupo Isolux Corsán, Fiesta, Banco Madrid o la constructora Rayet.
La posible declaración de concurso culpable de Pullmantur podría suponer que sus propietarios, Royal Caribbean y SpringWater, así como sus administradores, resultaran personalmente responsables por haber generado o agravado el estado de insolvencia de la empresa mediando dolo o culpa grave.
Este diario se puso este martes en contacto con fuentes cercanas a la dirección de la compañía de cruceros, que prefirieron no comentar esta información, y aseguraron que se trabaja "codo con codo" con la administración concursal para sacar adelante la empresa.
Royal Caribbean compró Pullmantur en 2006 al grupo Marsans, en una operación valorada en 700 millones
Las fuentes consultadas advierten que se está investigando si Royal Caribbean Cruises procedió al desmantelamiento unilateral de los barcos con los que Pullmantur operaba provocando pérdidas millonarias. La multinacional, de capital noruego y estadounidense, habría intentando "aprovechar la pandemia para dejar a Pullmantur sin activos ni capacidad de operar, y así quedarse con sus clientes".
A finales del pasado mes de junio, los tres buques que operaba Pullmantur fueron enviados al desguace.
El segundo mayor grupo de cruceros del mundo, aseguran las mismas fuentes, creó una filial "totalmente dependiente de ella que le reportaba fuertes ingresos, a pesar de estar en pérdidas". Este diario también se puso ayer en contacto, a través del correo electrónico, con Royal Caribbean, pero no se obtuvo respuesta.
Royal Caribbean compró al grupo Marsans, en 2006, Pullmantur, la empresa líder en cruceros en España, en una operación valorada en 700 millones de euros. La multinacional quiso impulsar la internacionalización de la empresa española apostando por el mercado latinoamericano. Sin embargo en 2015, por la depreciación de las monedas de la región, el grupo turístico dio marcha atrás y volvió a centrarse en el mercado español.
En 2018, de acuerdo a las últimas cuentas disponibles en Registro Mercantil de Pullmantur, la empresa de cruceros ingresó 244 millones, diez menos que un año antes, registrando pérdidas por importe de nueve millones.
Sin noticias de Gruschka
El fondo Springwater, con sede en Luxemburgo, acordó en 2016 con Royal Caribean Cruises la compra del 51% de Pullmantur y la creación de una empresa conjunta, Pullmantur Cruceros, en la que la multinacional estadounidense y noruega ostentaría el 49% del capital.
Springwater tomó participaciones en empresas españolas como Nautalia, Unipapel, Aernnova o Imtech
La operación fue otra de tantas que la firma de inversión liderada por Martin Gruschka llevó a cabo en España durante los años de crisis económica y financiera, en los que adquirió la mayoría del capital en empresas como Nautalia, Unipapel, Aernnova o Imtech. En varias de estas empresas persiste un triste recuerdo del paso de Springwater.
A mediados de 2018, como publicó este diario, el juzgado de primera Instancia número 42 de Madrid, en una sanción impuesta a Springwater por su participación en Imtech, indicaba que el fondo se encontraba "en situación procesal de rebeldía".
Fuentes cercanas a empresas participadas en España por Springwater comentan que desde hace tiempo no es posible contactar con Martin Gruschka.