Telefónica prevé ingresar con la nueva reestructuracción de la compañía 2.000 millones de euros, la misma cifra que ha caído su facturación en Latinoamérica desde 2009.
El operador dirigido por José María Álvarez-Pallete ha decidido centrarse en sus negocios europeos, España, Alemania y Reino Unido, además de Brasil -la división que más factura en Latinoamérica- y evaluar cualquier posibilidad que permita crecer al resto de sus filiales al otro lado del mar (Argentina, Chile, Perú, Colombia, México, Venezuela...). En las quinielas para hacerlo entra cualquier instrumento: compras, ventas, fusiones...
El objetivo es cerrar el año 2022 con esos 2.000 millones de euros, tal y como explicó Pallete en rueda de prensa tras tomar la decisión de acometer un nuevo giro estratégico. Se excluyen de esta cifra las posibles ventas de filiales del operador en la región latinoamericana.
En 2008 Telefónica facturaba en el continente 23.000 millones de euros (57.000 millones en todo el mundo). Diez años después esta cifra ha descendido hasta los 20.900 millones de euros (48.700 millones en el global de sus mercados).
El operador achaca estos malos resultados a dos factores. El más importante es la depreciación de la moneda en países como Argentina o Venezuela. Sólo en la república de Nicolás Maduro la compañía ha pasado de facturar 2.800 millones a 18 millones de euros. En 10 años Venezuela ha pasado de ser un mercado de importancia en el continente a ser el más pequeño de todos en cifra de negocio. Es casi insignificante, residual.
Telefónica separa su negocio en el continente americano en tres regiones: Brasil, Hispam Norte e Hispam Sur. Brasil descendió de 2017 a 2018 desde los 12.019 millones de euros hasta los 10.126 millones de euros, si bien sus ingresos en este país siguen siendo, grosso modo, la mitad de los cosechados por Telefónica en la región. Este es uno de los motivos por los que el operador ha decidido incluir a Brasil entre los países en los que pondrá especial foco.
Por su parte Hispam Norte e Hispam Sur, las regiones para las que se han fijado los planes estratégicos de rentabilidad a toda costa, han pasado de facturar 12.549 millones de euros en 2017 a 10.152 millones de euros en 2018.
