La húngara Magyar Vagon lanzó hace ya meses una Oferta Pública de Adquisición (OPA) por la española Talgo, y de momento no ha recibido respuesta del Gobierno. No obstante, tal y como aseguró el hombre detrás de la operación, el empresario András Tombor, ahora debe primar la paciencia.
"El plazo para tener noticias es el 10 de agosto, y por supuesto las autoridades podrán preguntar cuestiones adicionales que ampliarán el plazo. Entendemos que el plazo se puede demorar porque el Gobierno querrá saber más, así que esperamos pacientemente sus cuestiones", explicó ayer en rueda de prensa.
Además, ha asegurado que no se ha reunido con el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente. Tombor es un hombre cercano al primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y su buena sintonía con Rusia levanta suspicacias en el Ejecutivo de Pedro Sánchez, con la invasión de Ucrania como telón de fondo. Por eso la operación no gusta al Gobierno.
"No me he reunido con el ministro de Transportes. Han llegado a mis oídos que hay dudas sobre la oferta, por eso considero que tenemos que ser pacientes para ofrecerle a todo el mundo tiempo para conocer nuestra oferta al detalle. Estamos aquí para hablar con todos los actores, incluyendo a Puente y a su equipo, y dispuestos a mostrar cualquier información que le ayude a entender la lógica de la operación", subrayó.
Tombor respondió a preguntas de los periodistas que es consciente de que hay argumentos jurídicos con los que defenderse en el caso de que Puente bloquee de alguna manera la OPA por Talgo. "Por supuesto que hay medios jurídicos, aunque por ahora no los contemplamos. La oferta es muy buena y ahora mismo no nos lo planteamos", manifestó sin cerrar la puerta a que esta sea la vía en caso de un posible veto del Gobierno.
Fuentes jurídicas consultadas por este diario aseguran que una de las claves de la operación se encuentra en Bruselas. "Sin duda, la Comisión Europea ve con buenos ojos la operación. No se ha pronunciado en contra. Son dos empresas del viejo continente y no parece haber sobre la mesa ningún conflicto que impida que la compra se produzca en el caso de Bruselas", explican estas fuentes.
Es crítico para Talgo que la operación se cierre pronto
Tombor también explicó la importancia de que la operación se cierre pronto en aras de mejorar la situación de Talgo, que tiene pendiente la entrega de pedidos de trenes en los próximos meses, y que ya ha venido sufriendo retraso en algunos de ellos, con las consiguientes penalizaciones millonarias que esto acarrea. Es el caso de las que reclama Renfe por la demora en la entrega de las unidades de Avril para fortalecer su operativa en el negocio de la alta velocidad.
De hecho, Tombor dejó claro que la simbiosis entre Talgo y Magyar Vagon es perfecta porque el fabricante español posee una muy buena tecnología (en especial la de sus trenes de ancho variable, que se adaptan a cualquier vía) mientras ellos cuentan con mucho potencial industrial para fortalecer la parte de fabricación.
1.000 millones de facturación y más negocio fuera de España
Los húngaros ven mucho potencial en la corporación española. De hecho, Tombor no dudó en asegurar que consideran que, con la operación aprobada, Talgo pasaría a "facturar más de 1.000 millones de euros al año". En la actualidad, sus ingresos están en el entorno de los 650 millones de euros al año, lo que supondría un incremento del 54%.
Un aumento del negocio que vendría auspiciado por la expansión del fabricante español por diferentes lugares del mundo, impulsada por Magyar Vagon.
Magyar Vagon quiere desbloquear la OPA cuanto antes, para lo cual, tendía ayer la mano a Puente para facilitar la entrada de un socio español en la operación. Tampoco tiene reparos en que la familia Oriol, accionista minoritaria de Talgo -el grueso del capital lo posee el fondo norteamericano Trilantic- se mantenga en la entidad si la operación llega a buen puerto.