El dominio de la industria europea en el sector del automóvil ha sido incuestionable desde los primeros turismos, pero especialmente brillante desde los años 70 y 80, con un desarrollo tecnológico de los motores de combustión que han sido referencia a lo largo de décadas en todo el mundo.
Unos avances en este tipo de motores, tanto gasolina como diésel, que situaron a los coches europeos como los más admirados y deseados, con una oferta además muy variada, desde pequeños y eficientes motores de tres cilindros hasta mecánicas V8 o V12. Un dominio de esta tecnología que primero desde Japón y Corea trataron de emular con resultados suficientemente buenos como para lograr hacerse un hueco en los mercados europeos, algo que China intentó y nunca logró.
Pero el cambio tecnológico propuesto desde los legisladores europeos en busca de una conciencia “verde” limitando las emisiones contaminantes de los coches con una reglamentación muy exigente en la que el coche eléctrico es la más favorecida ha provocado un vuelco en el mercado.
Un vuelco que ha supuesto abrir de par en par las puertas a los fabricantes chinos, que llevan décadas de ventaja a Europa en materia de baterías y motores eléctricos, estos mucho más sencillos de desarrollar en comparación con las mecánicas de combustión y sus múltiples y complejas configuraciones.
Por ello, hasta hace poco los coches chinos apenas existían en el mercado europeo, y los pocos modelos que aquí llegaban nunca demostraron estar a la altura del mínimo que exige el cliente europeo, y sus pocas ventas llegaban por el atractivo de unos precios muy bajos.
Algo que en el último lustro ha cambiado por completo, con un producto muy refinado ya con la ventaja que supone dominar el mercado de las baterías, el de los componentes necesarios para su fabricación y con la mucha experiencia en su tecnología eléctrica. No en vano, el precio de un coche eléctrico viene marcado a día de hoy por el coste de la propia batería, que puede llegar a ser de hasta el 40% del valor total de un turismo.
Una avalancha en el mercado europeo de nuevas marcas y modelos que ha estado además favorecida por una política de subvenciones del gobierno chino hacia sus modelos que les permite jugar en Europa la baza de unos precios “artificialmente bajos”, como lo ha definido la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Reacción de la UE
Y es que aunque algo tarde, desde la UE por fin se estudian ya medidas para contrarrestar la avalancha china y sus coches eléctricos, y acaban de anunciar como primera medida la apertura de una investigación sobre esos subsidios que China concede a sus vehículos eléctricos y que suponen pérdidas para las compañías europeas.
Unas medidas que ya tomó Estados Unidos con ayudas de 7.500 dólares a la compra de un coche eléctrico siempre y cuando esté fabricado en territorio norteamericano y, además, con la obligatoriedad de que el 40% de los materiales de las baterías o la mitad de los componentes sean de producción local, un porcentaje que deberá ser del 100% en apenas cinco años.
Todo un dardo directo a los fabricantes chinos, que han visto cómo se le cerraban de golpe las puertas de aquél mercado, enfocándose en el europeo, en el que hasta ahora lo estaban teniendo muy fácil con su agresiva política de precios.
Una reacción que llega ahora desde Europa con Ursula von der Leyen a la cabeza, que defiende que la industria de los vehículos eléctricos es esencial y tiene un "gran potencial" para Europa, pero que las ayudas públicas del país asiático están "distorsionando el mercado".
"Nuestras compañías son excluidas demasiado a menudo de mercados extranjeros o son víctimas de prácticas depredadoras. Frecuentemente son debilitadas por competidores que se benefician de grandes subsidios estatales", ha argumentado.
Por ello, ya ha anunciado que la Comisión lanzará una investigación contra los subsidios a los vehículos eléctricos que llegan de China. La UE, puntualizó Von der Leyen, está "abierta para la competencia" pero no para "una carrera a la baja" y por eso el bloque "debe defenderse de prácticas desleales" al mismo tiempo que mantiene "abiertas" las "líneas de comunicación y diálogo con China".
Caída en Bolsa
Las acciones de la mayoría de los principales fabricantes chinos de vehículos eléctricos caían hoy después de que la Comisión Europea anunciase una investigación contra los subsidios ofrecidos por el país asiático al sector, que provocarían unos precios "artificialmente bajos".
Hacia las 10.30 hora local (02.30 GMT), los títulos del mayor vendedor de eléctricos en el país asiático, la firma local BYD, caían un 1,61 % en la Bolsa de Hong Kong. Seguían esa misma tendencia otras importantes compañías del sector como Leapmotor (-3,69%), NIO (-1,49%), GAC (-0,99%), Geely (-0,93%) o Xpeng (-0,56%), mientras que Li Auto, que también suele figurar en las listas de principales vendedores de vehículos eléctricos en China, se desmarcaba al repuntar un 1,79%. En las Bolsas de la China continental, situación similar, con pérdidas para Great Wall (-1,47%), Changan (-0,91%) y SAIC (-0,4%) pero no para FAW (+0,11%).
E1958
La UE lleva años liquidando nuestra industria del automóvil machacando los motores diésel diseñados por europeos que, a día de hoy, son la máquina de automoción más perfecta y eficiente del mundo. ¿De que se asombran estos sinvergüenzas de Bruselas?.
PeterMK
Coches ideales para hacer el ridículo en las calles y carreteras europeas.
Aquiles
Si son listos los chinos pondrán sus factorías de montaje en Andalucia , un mercado competitivo y con menos impuestos …. Y al contrario que Cataluña , los compradores españoles no mirarán de qué Region , cada vez más odiada viene …
Aquiles
Coches catalanes ??? No , prefiero los chinos , son el mismo cuento verde , pero las baterías mucho más baratas al tener el 70% de las materias primas en sus manos …. Hay que desenganchar la clientela española de las fábricas catalanas y sus repuestos YA !!!
Uno cualquiera
Y si en vez de exprimir todavía más la ubre pública con "ayudas" que raramente llegan al consumidor, se deja de ahogar al mercado en impuestos, tasas y regulaciones absurdas? Nah, eso nunca.