Negociación en pararelo de Unicaja con el Banco Central Europeo (BCE) en plena batalla de poder en el banco. La cúpula ha acelerado en los últimos días los contactos con el supervisor único para conseguir un ajuste contable que le permita aligerar la carga de capital. La luz verde desde Fráncfort llegaría en los primeros meses de 2023, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.
Se trata de la aprobación de los modelos internos para el cálculo de riesgos, que se conocen en el argot financiero como modelos IRB, de la cartera heredada de Liberbank. Esta herramienta contable permite rebajar el nivel de activos ponderados por riesgo (APR), ya que el equipo directivo podría calcular su riesgo en función de su propia experiencia con sus clientes en lugar de utilizar un criterio estándar, que suele ser más conservador y supone una reducción de la solvencia.
"El trabajo más difícil con el Banco Central Europeo ya está hecho. Ahora quedan unos últimos flecos para la aprobación", señalan fuentes próximas a Unicaja. Fuentes oficiales de la entidad prefirieron no hacer comentarios al respecto.
Unicaja ya obtuvo el respaldo del supervisor para utilizar modelos internos en su cartera hipotecaria en junio de 2021, justo antes de que se sellara la fusión con Liberbank para crear el quinto banco más grande de España.
El banco ya mejoró en 200 puntos básicos su ratio de capital de máxima calidad en 2021 tras la aprobación de los modelos internos de riesgos para su cartera hipotecaria"
En ese momento el banco estimó que la aprobación de este ajuste contable permitiría reducir en unos 3.000 millones de euros el nivel de APR, con un impacto positivo de unos 200 puntos básicos en la ratio de capital de máxima calidad.
De obtener finalmente la aprobación, la mejora en solvencia quedaría por debajo de ese umbral, aunque algunas fuentes financieras lo elevan precisamente a los 200 puntos básicos. Este cambio contable, en cualquier caso, permitiría a la entidad absorber gran parte de los requisitos de capital que le acaba de subir el BCE para 2023 por la integración de Liberbank.
Tendrá que alcanzar una ratio de CET1 del 8,27%, frente al 8,21% de un año antes, un nivel que la entidad andaluza cumple holgadamente: cerró con una ratio de máxima calidad fully loaded del 13% en septiembre. De hecho, Unicaja es el tercer banco español que mejor quedó retratado en los ejercicios de transparencia de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) y que son una foto fija a 30 de junio. Aunque como la mayoría del sector financiero español, a excepción de Kutxabank, se situó por debajo del nivel medio de capital de Europa (15%).
El desafío de la Fundación al BCE
Las negociaciones se están acelerando coincidiendo con la pelea por el poder. De hecho, el BCE estrechará la vigilancia en Unicaja ante los últimos movimientos de la Fundación Unicaja, el principal accionista del banco con alrededor de un 30%. Ya ha iniciado la sustitución de sus cuatro consejeros alegando pérdida de confianza en un intento de borrar la huella de Braulio Medel. Los consejeros (Teresa Sáez, Petra Mateos-Aparicio, Manuel Muela y Juan Fraile) son cercanos al entorno del expresidente del banco y de la Fundación.
Fraile ya ha presentado su dimisión para facilitar la renovación, aunque no se materializará hasta que se designe a su sustituto. Se espera que José Manuel Domínguez, presidente de la Fundación, releve a los otros tres consejeros dominicales la semana que viene. Eso sí, el reemplazo efectivo no se podría producir hasta finales de marzo, cuanto está previsto que la entidad celebre su junta ordinaria para aprobar las cuentas anuales.
El máximo accionista de Unicaja también prepara un plan de gobernanza para alejarse del modelo paternalista de Medel y marcar diferencias respecto a su gestión, según fuentes financieras.