El coste de comprar una vivienda nueva podría seguir subiendo tras el reboom de 2021. Y ello, bien por la capacidad que mantenga la demanda, o bien por los costes que decidan repercutir las promotoras, con varias de las cotizadas trasladando a inversores que podrían tener que hacerlo este año ante la situación que arrastran las constructoras.
Los costes directos de la construcción residencial cerraron el año pasado con un alza del 23,5% que se concentró en los últimos seis meses. Así lo ha constatado un estudio de la constructora ACR, una de las más boyantes a nivel nacional. La del 2021 es la mayor subida interanual detectada por la compañía, muy por encima del 12,1% registrado al cabo del 2017, cuando el ladrillo residencial había vuelto a dispararse. La espiral alcista se había frenado durante el año 2020, al cabo del cual los precios habían caído un 3,8%.
"Esta subida (en 2021) está directamente relacionada con el incremento en el precio de las materias primas, la energía y el transporte y también fuertemente influida por la rotura de stock en las cadenas de suministro, por lo que no es probable que los costes de construcción se estabilicen hasta que estas disfunciones se corrijan", explica el director general de ACR, Guillermo Jiménez Michavila.
Factores que podrían frenar el alza
El estudio de ACR toma como referencia los costes de construcción en edificaciones residenciales de la Comunidad de Madrid y representa una media de los precios del sector, explican desde la constructora con delegaciones en Navarra, Madrid, País Vasco, Castilla y León y Aragón, y una facturación anual que ronda los 250 millones de euros.
El encarecimiento está teniendo impacto en el margen de todos los agentes que intervienen en la cadena inmobiliaria. Así, repercute sobre todos los elementos que componen una vivienda, desde los falsos techos y revestimentos (6,6%) o pinturas (10,4%) hasta las estructuras (33,5%) y la vidrería (49,2%).
"Si no se complica más el panorama internacional, esperaríamos que los precios de la energía se normalizasen a finales del primer trimestre y el suministro de materias primas en verano", inciden desde ACR, descartando una caída de precios a medio plazo.
La crisis inmobiliaria en China podría tener como derivada un freno en la espiral alcista de los costes, toda vez que previsiblemente derivará en una reducción de la demanda de materiales básicos de construcción
La crisis inmobiliaria en China podría tener como derivada un freno en la espiral alcista de los costes, toda vez que previsiblemente derivará en una reducción de la demanda de materiales básicos de construcción. Desde ACR opinan de manera similar en este sentido que el presidente de la Confederación Nacional de la Construcción, Pedro Fernández.
"Si bien la caída del sector de la vivienda en China puede parecer algo alejado al mercado español, hay que tener en cuenta que gran parte de los problemas de desabastecimiento y de retraso en la recepción de materias primas en Europa estaban causados principalmente por el mercado chino", señalaba a este diario Fernández a finales de 2021.
El Gobierno delimitará en breve las compensaciones por el alza de precios para constructoras en el marco de los contratos públicos
A nivel gubernamental, el Ejecutivo central trabaja en un proyecto de decreto ley que regulará la compensación a constructoras por el alza de precios dentro de contratos con la administración pública.
Según adelantó El Economista, el Ejecutivo topará en un 20% del precio de la adjudicación la indemnización máxima a favor de las constructoras y no tendrá en cuenta el encarecimiento de la energía. Las compensaciones solo serán posibles para aquellos que certifiquen una subida con impacto en el ejercicio 2021 y superior al 8%.
La construcción industrializada de vivienda
Puertas adentro del ámbito privado del ladrillo residencial, desde ACR reivindican que la actual coyuntura pone de relieve el recorrido al alza de la construcción industrializada, todavía testimonial en nuestro país, como solución de fondo a los actuales desafíos.
"La única forma de afrontar este escenario y tratar de que los precios no afecten a la viabilidad y rentabilidad de los proyectos y compañías del sector es acelerar nuestra transformación hacia un modelo de construcción más industrial", ha esgrimido Jiménez Michavila.
La construcción industrializada de vivienda representa menos del 2% del mercado nacional -es inicialmente más cara-, si bien distintas fuentes del sector coinciden en señalar que el 2022 será un año de inflexión para la industrialización del ladrillo español en materia de inversión y operaciones corporativas. Empresas como Avintia, Aedas o la propia ACR proyectan un crecimiento exponencial para el segmento antes de 2025.
"Además de ofrecer ventajas incuestionables, como un mayor control de costes y plazos de los proyectos, la construcción industrializada es mucho más respetuosa con el planeta, contempla mayores estándares de calidad", ha incidido el director general de ACR. "Y, sobre todo, ofrece condiciones laborales de seguridad, estabilidad y confort que son mucho más inclusivas y atractivas para un sector en el que escasea el talento cualificado".