El Buscón

El sector más duro del Gobierno protestó airadamente en el consejo del viernes por la caída de Rato

El consejo de ministros del pasado viernes fue tenso. En su rueda de prensa posterior debía presentarse una reforma financiera cogida con alfileres, pero que ya se había cobrado la

El consejo de ministros del pasado viernes fue tenso. En su rueda de prensa posterior debía presentarse una reforma financiera cogida con alfileres, pero que ya se había cobrado la cabeza de  Rodrigo Rato, presidente de Bankia hasta la semana pasada y todo un factotum para muchos populares. Una figura que en el ala dura del Gobierno (o “auténtica”, como prefieren que se les llame), respetan y casi veneran, pues no en vano le consideran uno de los grandes representantes de ese milagro económico de las dos anteriores legislaturas peperas que tanto venden a los cuatro vientos. Le quieren, y si no, al menos, insisten en que se respete su figura; que es uno de los nuestros, no vayamos encima a meternos goles en propia meta con lo chungo que está el tema ahora.

Para este sector, esos 8 años son el gran aval del que goza el PP en la actualidad, aunque cada vez menos. Por eso, han protestado por la caída de Rato, un símbolo de aquel Gobierno que creaba empleo a espuertas e introducía a España por la puerta grande en los foros internacionales relevantes, etc etc.

Un referente de esencias patrias al que ha fulminado un Luis de Guindos que durante los años de oposición ha estado cómodamente instalado en el sector privado, alejado del frío de ocho años de oposición.

José Manuel García Margallo llevó la voz cantante contra el sacrificio en plaza pública de Rato. Presionaron también, o al menos asintieron, Alberto Ruiz Gallardón, Fátima Báñez, Arias Cañete e incluso SorayaRajoy, como casi siempre, de perfil. Ya publicamos aquí que alguno de estos le ofreció consuelo por lo que consideran una injusticia. 

No entendían esas prisas para un decreto que llegó in extremis y sobre el que todavía pesan dudas. También criticaron que se haya filtrado la crisis de Bankia casi en cómodos fascículos en la prensa. Por supuesto, les parece de pena que el antiguo secretario de Estado de Economía sea quien se haya cobrado la cabeza de su anterior ministro. Les parece deplorable que aun no hayan caído otros presidentes de entidades financieras y que haya tenido que ser este el primero. 

Así podía comprenderse el rostro algo desencajado de Guindos en la rueda de prensa, aunque esto tampoco es nuevo, ya que los consejos de ministros están haciendo que los españoles tengamos auténticos Viernes de Dolores todas las semanas. Este fin de semana, alguno de sus compañeros de Gobierno comentaba que "ha sido penoso verle balbucear, encima, que ha sido el mejor ministro de Economía de la historia..."

Pero en el fondo, Bankia es un desastre pepero en toda regla. El caos en Caja Madrid lo inició un Miguel Blesa amigo de Aznar, totalmente olvidado ahora, aunque Espe intentó descabalgarle con Ignacio González (tremendo). Después, Rato fusionó la entidad con la Bancaja del valenciano José Luis Olivas. Nitroglicerina, trilita y dinamita a la vez. Tenía que explotar sí o sí.  

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