Los periodistas que cubren la información del Congreso de los Diputados podrán por fin "echarse a la cara" a la bancada socialista, y es que la vicepresidenta primera de la Cámara, Celia Villalobos, ha decidido poner fin a una inveterada práctica por la cual los informadores quedan reducidos a una pequeña parte de la tribuna superior del Hemiciclo desde la cual sólo pueden ver el rostro de los parlamentarios populares y el cogote de los socialistas. Se trataba de una antigua reivindicación periodística que no entendía cómo era posible no habilitar una zona en el otro lado del viejo Palacio para poder elegir un sitio u otro desde el que seguir los debates.
La disposición actual facilita ver los gestos y escuchar los improperios que lanzan los del PP, incluido el ya famoso "que se jodan" de Andrea Fabra. De eso quedan a salvo los del PSOE, aunque este Buscón sabe que no están del todo libres de la curiosidad de los periodistas, que si se inclinan sobre la barandilla de su tribuna --aún a riesgo de su integridad física-- pueden ver si están leyendo el periódico o jugando al solitario en el ipad que les ha facilitado la Cámara, porque no todo iban a ser ventajas.
Pero a partir de septiembre, --y si los funcionarios de las Cortes lo permiten, porque esa es otra,-- simplemente moviendo una barandilla que separe los asientos de los periodistas del de los invitados, los primeros podrán ver también el rostro del líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, y de los suyos. Podrán ver también cómo Eduardo Madina tiene la vista más pendiente en su móivil para enviar un twit tras otro durante los debates o como el diputado Vicente Guillén, que pasa por ser uno de los más "broncas" de los escaños socialistas, anima las largas y tediosas sesiones parlamentarias.