Los trapos sucios se lavan en casa. Y pelillos a la mar. Algo así sugirió el púgil del PP a lehendakari en un par de semanas, Antonio Basagoiti, al tratar de zanjar la polémica en su formación sobre el caso Bolinaga. Y pelillos a la mar, debieron de pensar en el PP de Madrid, una de las regiones populares que, con permiso de Jaime Mayor Oreja, con más vehemencia se ha opuesto a la excarcelación condicional del exetarra. Tanto Esperanza Aguirre (quien a pesar de todo acudirá a Bilbao a apoyar a Basagoiti aunque dijo en su día: “Creo que todos los españoles estamos de acuerdo en que incluso los penados puedan morir en su casa con sus familias menos el señor Uribetxebarria Bolinaga”) como el neo presi Ignacio González (más moderado: “Hay un sentimiento bastante generalizado de disgusto y oposición”) discreparon de Rajoy y Basagoiti por la concesión del tercer grado. Rencillas que no caben en campaña electoral: comicios vascos.
Así que el sábado pasado, Basagoiti ofreció con, entre otros, el presidente del Gobierno un gran mitin en Vitoria (capital fetiche de los populares en el País Vasco, que gobiernan desde 1999 con un parón entre 2007 y 2011) ante 1.500 simpatizantes. Aunque las encuestas pronostican un retroceso preocupante (el PP lucha por mantener sus 13 diputados en la Eusko Legebiltzarra), el ambiente en esta comunidad es más relajado que antes: el diapasón nacionalista lo marca Cataluña, los extremismos brillan por su ausencia en la campaña, ETA ha desaparecido. Pero el aforo vasco no respondió a esas sensaciones, ah, Vitoria, el fin de la violencia, esas cosas: del millar y medio de espectadores, 700 procedían de la Comunidad de Madrid y aproximadamente 300 del PP de Aragón.
¿Persiste el miedo? “Tradicionalmente, el aparato y el resto de comunidades han apoyado a los candidatos del partido en Euskadi durante los años más duros del terrorismo etarra”, comenta un veterano, conocedor de la inyección de militantes en Vitoria-Gasteiz. “Incluso era típico ver a afiliados cántabros o castellano-leoneses ejercer de interventores durante las elecciones autonómicas. No me pregunte cómo están las cosas ahora por allí”. El mitin de Vitoria se encuadra en el arranque electoral. Fuentes del partido apuntan a que el flujo militante continuará en el acto central y en el cierre de campaña. Algún asistente madrileño ha revelado a Vozpópuli su cabreo por el brete de corear a Basagoiti, con el que Aguirre tuvo sus más y sus menos hace nada, justo antes de sorprender a todos con su retirada.
Sea como fuere, parece que no hay Bolinaga capaz de resquebrajar al PP en momentos clave, como lo es este.