Nueve años grande de España. El conde de Godó puede dejar de serlo. Hay enorme mosqueo entre los nobles de España, según se comenta en tan estirados círculos. La habitual prudencia de sus miembros empieza a licuarse. El caso Godó les enerva, les contamina, les produce sulfurosis, según comentan a este Buscón. Javier Godó tiene que dejar grande de España. Cuanto antes, mejor, decían algunas de las voces más irritadas durante la última reunión de la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España. "Un traidor, un separatista y un felón", se escuchó, más o menos.
La línea editorial de los medios propiedad del conde catalán, el rotativo La Vanguardia (antaño "española") y la emisora Rac 1, se han puesto al servicio de la secesión de Cataluña desde el primer minuto. Nada de medias tintas. "Lo han amparado, impulsado y prohijado", recuerda un importante miembro de la Permanente de la nobleza.
El enojo ha subido de tono y, en una audiencia reciente, estos nobles hispanos le trasladaron su enorme malestar al Rey. "Godó no puede seguir ostentando este título", le transmitieron. Don Felipe, les escuchó, cual es su costumbre. Aguardó explicaciones. Los nobles hispanos se deshicieron en agravios contra el conde catalán, le pusieron verde, se ciscaron en su periódico y en cuanto representa. Su Majestad, escuchaba. Hasta que algunos de los presentes le deslizaron al Monarca sus dudas. "Claro, Majestad, la decisión quizás no sea tan fácil.
Al fin y al cabo, al duque de Feria no se le quitó el título pese a toda aquella historia escabrosa que vivió", comentaron. Se referían Rafael Medina y Fernández de Córdoba, condenado por el 'caso Arny", un pestilente episodio de pederastia y corrupción de menores que conmocionó a la sociedad sevillana hace años.
"Pues, señores, yo sí despojé de su título a mi hermana, de modo que...", les respondió el Rey, un poco hasta las narices de las hipócritas excusas de sus visitantes. Los nobles no pidieron en su día la retirada del título al duque de Feria. Don Felipe, ejemplar, no pestañeó a la hora de despojarle a su hermana, la infanta Cristina, de la distinción de duquesa de Palma.
Amigo del emérito
La Permanente de la Nobleza tomó nota. "La cosa va en serio y el Rey está cabreado", ha comentado uno de ellos. Don Juan Carlos le concedió la grandeza de España a Godó el 12 de julio de 2008. Ya era conde, herencia familiar. El título de conde de Godó se lo concedió Alfonso XIII a Ramón Godó en los albores del pasado siglo.
El rey emérito y Godó han sido siempre amigos. Tanto que don Juan Carlos se alojaba en la mansión del editor grande de España durante sus escapadas a Barcelona. En especial cuando acudía a la clínica Planas a revisarse la próstata y retocarse la retaguardia, de acuerdo con los comentarios que circulan por Barcelona. La relación entre ambos veteranos se fue distanciando.
Don Felipe no le tiene demasiado aprecio. En Zarzuela se comenta que, más bien, lo detesta desde que sus medios se orientaron abiertamente en respaldo a la secesión. El conde teme que se le despoje del título. Así lo ha comentado no hace mucho entre directivos de su grupo. La última palabra es del Rey. La decisión está tomada. Tan sólo es cuestión de tiempo que se aplique.