Bien es sabido que los negocios no entienden de colores ni de aficiones. Qatar Foundation, que inicia su segunda temporada como patrocinador principal del Fútbol Club Barcelona acaba de adjudicar un contrato a una filial de la alemana Hochtief, controlada por ACS, en el emirato.
En concreto, Habtoor Leighton Group, nombre bajo el que opera la alianza de Hochtief con una compañía local, se encargará de construir y operar un sistema de transporte a través de tranvías hacia la Ciudad de la Educación de Doha, con el fin de descongestionar el tráfico de la capital qatarí.
Qatar Foundation depende del Estado qatarí, que curiosamente le ha dado más de un dolor de cabeza a Florentino Pérez en los últimos tiempos. Qatar entró en Iberdrola en un movimiento interpretado como defensivo ante el empuje de ACS en el capital de la eléctrica, cuando amenazaba con incrementar su participación hasta el 30%.
Igualmente, Qatar tomó una participación en Hochtief cuando ACS lanzó una OPA para hacerse con el control de la constructora alemana, ante la oposición de los que entonces ocupaban su cúpula directiva, que no tardaron en acudir al emirato en busca de apoyo en forma de caballero blanco.
Pero los negocios tampoco entienden de rencores y menos cuando se habla de una cartera de contratos tan jugosa como la que ofrece el Gobierno del país asiático. El contrato en cuestión está valorado en cerca de 100 millones de euros y los tiempos no están para preguntar de dónde provienen. Al menos, eso debe pensar Florentino Pérez.
