El Buscón

Copa de Navidad en FAES: Aznar, triste y sólo

Resultó desangelada, casi desoladora la copa de Navidad en Faes. José María Aznar, presidente de la Fundación, repartió sonrisas y parabienes entre los escasos asistentes. Apenas políticos o conocidos. Sólo empleados y guardaespaldas. Por la tarde, Aznar se desahogó en el Comité del PP.

  • José María Aznar, en FAES.

Muy poquita gente este año en la copa de Navidad de Faes. Aspecto desolador en la acogedora y céntrica sede de María de Molina. La Fundación de Estudios del PP, que preside José María Aznar, ofrecía la mañana del lunes el aspecto de una jornada casi normal, sin la aglomeración de personal propia de un día festivo. Poco ruido, escasa animación, muchos huecos y sonrisas forzadas. 

Cuando apareció el líder, apenas habían hecho acto de presencia los políticos, diputados, exdiputados, escritores, intelectuales, académicos, profesores, que suelen acudir a este acto, fecha muy marcada en la tradición de este centro así como en el propio PP. Aznar está a malas con Rajoy desde hace tiempo. Poner el pie en Faes equivale, según se piensa en Génova, en hacerle cosquillas a tan impertinente personaje.

Aznar, como un general sin tropa, paseó por las dependencias del centro, copa de un riberita en mano, y fue saludando uno a uno a los asistentes. Pocos y de escasa relevancia política. Más bien, empleados de la casa, algunos familiares y escoltas a la espera. Amable, afectuoso, el presidente de Faes, pese a la contrariedad de la inasistencia de buena parte de los invitados, dedicó tiempo y sonrisas a su gente. Faes acoge a diversos dirigentes del PP que con el 'marianismo' han caído en desgracia, como Astarloa, Acebes, María San Gil, Cayetana Álvarez de Toledo. El convite terminó pronto, más que otras veces, dado el panorama.

Siete destrozos electorales

Esa misma tarde, Aznar entró en calor. Se presentó por sorpresa en el comité ejecutivo de su partido donde Rajoy se lamía tímidamente las heridas del resultado electoral. Si en Faes hubo un ambiente gélido, en Génova la temperatura ambiente subió unos cuantos grados. La directiva del PP se quedó de piedra. "¿Y qué hace éste aquí?" se preguntaban, entre codazos. Se pensó que el presidente de Honor iba a organizar la mundial al irrumpir en forma inesperada en el cónclave de los populares. En ocasiones precedentes, tras los distintos destrozos electorales sufridos en su partido -"ya van siete en esta legislatura", diría Esperanza Aguirre- Aznar ha amagado alguna crítica en forma verbal, o en forma de nota con membrete de Faes. Esta vez se presentó 'in person', quizás para sacudirse el frío de su copita navideña. Así lo hizo, pero en forma prudente. Dos párrafos leídos ante sus compañeros que no produjeron grandes sorpresas.

Eso sí, Aznar entró en calor. Faes ya no es esa institución que cotizaba al alza, pese a los excelente profesionales que allí trabajan. Los choques de su patrón con Rajoy no le han beneficiado. Pese a todo, sigue publicando excelentes obras, imprescindibles ensayos, interesantes biografías y organizando reuniones y seminarios que gozan de notable predicamento en el mundo políticos y académico. Pero en el copa de Navidad, este año, un pinchazo. ¿Todo un síntoma de lo que está por venir?  

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