La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, anunció hace algunos días que los madrileños menores de 26 años pagarán a partir de octubre una tarifa plana de transporte de 20 euros. La medida supone un importante ahorro para miles de jóvenes que verán como baja, en algunos casos, más de un 50% el precio de su abono. Pero al Gobierno regional esta promesa electoral le costará unos 64 millones de euros, que espera recuperar, en parte, con una mayor ocupación del transporte público.
Actualmente, el abono permite viajar hasta algunas de las ciudades cercanas a Madrid utilizando los Cercanías de Renfe, que luego factura una cantidad al Gobierno regional. Pero con la nueva tarifa plana de transporte sólo está previsto que se aplique a los residentes en la Comunidad de Madrid.
Se calcula que unas 10.000 personas usan cada mes este tipo de títulos para llegar a Madrid desde Toledo, Cuenca o Guadalajara
Castilla-La Mancha, gobernada por el socialista Emiliano García-Page, y que tenía un acuerdo con el anterior Gobierno de Ignacio González, también quiere que sus ciudadanos tengan derecho a esta tarifa plana. Sin embargo, Cristina Cifuentes tiene claro que ese es un precio para los jóvenes que viven en Madrid, por lo que su Gobierno subvencionará a los censados en la región, no a los que vivan fuera.
Además, para empezar a hablar, García-Page deberá pagar a la Comunidad los 13 millones que se han quedado pendientes de anteriores convenios de transportes relacionados con el mismo abono. Se calcula que unas 10.000 personas usan cada mes este tipo de títulos para llegar a Madrid desde Toledo, Cuenca o Guadalajara.
Pero la decisión de la presidenta no solo está dirigida a Page. Cifuentes también quiere que se reclame a Castilla y León, con Gobierno del PP, que debe tres millones de euros, antes de firmar también un nuevo convenio con esa región.
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