El presidente del Congreso le tenía miedo a la comparecencia de Mario Draghi. Jesús Posada conoce de sobra como se la gastan algunos grupos parlamentarios y no quería que el presidente del Banco Central Europeo saliera de la Carrera de San Jerónimo con una mala imagen de los partidos y, lo que hubiera sido más grave, de España. Por ello aprovechó la Junta de Portavoces celebrada hace una semana para advertir a los grupos que la de ayer no iba a ser una comparecencia al uso, es decir que los grupos no debían comportarse como si tuvieran enfrente a un ministro o a un representante político al que atacar.
Los portavoces de los diferentes partidos interpretaron las palabras de Posada como una llamada al orden, vamos como que les acababan de advertir que fueran buenos y no dieran a Draghi ningún espectáculo. Y así lo hicieron, al final, la mayoría de ellos, aunque aprovecharon para tener su minuto de gloria cuando, más tarde, explicaron a los periodistas sus aportaciones al discurso del presidente del BCE. Entre las anécdotas más curiosas figura la que protagonizó el diputado de IU Alberto Garzón, convencido de que el visitante vino a preguntar “como está España como si acabara de aterrizar de Marte”. El hecho es que después de lanzar una larga perorata sobre las consecuencias de la crisis y lo mal que se está gestionando, no dejó claro su propósito al presidente del BCE. Draghi le contestó: “Todo esto está muy bien…pero ¿cuál es su pregunta?
Posada hizo de maestro de ceremonias y al final muchos diputados quedaron con la sensación de que había sido un error organizar a puerta cerrada la intervención de Draghi, sobre todo teniendo en cuenta que su discurso fue colgado en Internet. Además, IU emitió varios vídeos de la sesión para demostrar que no hay nada que se celebre en el Congreso que deba permanecer oculto a los ciudadanos. Una lección para posteriores convocatorias tan comprometidas como la de ayer, que tuvo también un poco de circo.
