El resultado de las elecciones en Podemos debería tranquilizar los ánimos en el grupo parlamentario en la Asamblea de Madrid donde en las últimas semanas se ha podido apreciar el distanciamiento entre las dos corrientes del partido de Pablo Iglesias. Pero parece que no va a ser así.
La tensión se inició en el mes de marzo cuando se produjeron hasta nueve dimisiones en el Consejo Ciudadano de la Comunidad de Madrid, lo que terminó con las elecciones que se han celebrado en los últimos días y con el grupo partido en dos.
En aquellos días se llegó a decir que los partidarios de Iglesias querían cambiar de portavoz y quitar a José Manuel López. Sin embargo, el proceso electoral, y la correlación de fuerzas, impidieron el cambio. La convocatoria de las elecciones internas y el resultado conocido animaron a Espinar a enseñar la puerta al actual portavoz.
La tensión de estas últimas semanas llegó a su máximo nivel el día que se conoció el asunto de la vivienda de protección pública de Ramón Espinar. Las declaraciones de López en las que dijo que el piso de Espinar perjudicaba a Podemos provocó la repulsa de algunos de sus compañeros. Incluso algunos diputados criticaron las palabras de López en las redes sociales, aunque sin citarle directamente.
Espinar ha asegurado que no quiere ocupar el puesto. Se cree que el motivo es su aspiración nacional, aunque ha quedado muy tocado tras el asunto de su piso. Personas que conocen Podemos señalan que pretende colocar a la número dos, Lorena Ruiz-Huerta, como portavoz. Su victoria en las elecciones en el partido en la Comunidad parece que le pueden animar a hacerlo, aunque no de manera inminente.
El pasado jueves en la Asamblea de Madrid se creía en una derrota de Espinar: caras serias, constantes salidas al patio, llamadas de teléfono,...lo que hacía prever que la derrota estaba servida. La victoria contundente ha sorprendido a muchos que pensaban que el asunto del piso iba a perjudicar a su candidatura.
