La reina Letizia visitó el miércoles las obras realizadas en el Palacio Real de Madrid para eliminar las barreras arquitectónicas y facilitar los accesos a las personas con discapacidad, que concluyeron hace seis meses. Estos meses de rodaje han venido muy bien para darse cuenta de que los cristales de las rampas daban problemas, incluso se han roto algunos, por lo que ha dado tiempo a repararlos para la visita real. Su Majestad estuvo acompañada por un séquito de más de medio folio en la nota de prensa que distribuyó Patrimonio Nacional.
Los trabajadores pensaban que la reina iba a poder ver la rehabilitación de las antiguas cocinas de Palacio
Sin embargo, en el mundo de las asociaciones de discapacitados hay un enorme enfado por ese acto. No se invitó a ninguna de las combativas asociaciones que han venido reclamando que se instalen en todos los edificios oficiales este tipo de rampas, tal y como marca la Ley.
Por otra parte, los trabajadores pensaban que, por fin, y tras la visita de la Reina se iba a poder ver una de las obras en las que ha trabajado Patrimonio en los últimos meses con un gran secretismo: la rehabilitación de las antiguas cocinas de Palacio, donde al parecer se ha gastado mucho dinero.
El paso a estas estancias está vetado para todo el personal, algo que ya ocurrió con la sala donde el pintor Antonio López trabajaba en el cuadro sobre la familia real. Sin embargo, los nuevos responsables de Patrimonio no mostraron a la reina la restauración de las antiguas cocinas, una de las piezas históricas más interesantes y desconocidas, según los que conocen la historia del Palacio Real.
El último rumor que circula entre los trabajadores de la casa es que esas estancias han quedado muy bonitas, incluso se han traído vajillas de otros palacios, pero se les olvidó a los responsables incluirlas entre las estancias que deberían tener rampas y no quisieron pasar vergüenza ante la reina Letizia.