Carlos Osoro, nuevo arzobispo de Madrid, va a tener muchas dificultades en la diócesis más importante para los cristianos españoles. Ha dicho a personas cercanas que se lo va a tomar con calma hasta poder hacerse con el Gobierno de la iglesia madrileña. Personas que han estado con el nuevo arzobispo dicen que no va a caer en ninguna de las provocaciones de los partidarios de Rouco, ni en el reto que le ha lanzado con el asunto de la vivienda.
Para empezar, Antonio María Rouco Varela parece que no quiere irse del Palacio Arzobispal y que quiere mantener coche, secretaria y monjas. Le ha preparado a Osoro una vivienda en la planta primera del palacio, que por el momento se va a quedar vacía.
Osoro ha declarado a infovaticana que “ahora al principio, hasta que pueda arreglar la casa y eso, me voy a ir a vivir a un convento de religiosas, en concreto las Hermanitas de los Ancianos, que me dejan una habitación y un despacho”.
No quiere distraerse con el asunto de la vivienda “ni nada de nada” y lo único que le interesa es conocer y estar con la gente de Madrid. Ya tiene en su agenda un programa que se basa en contactos con las parroquias, órdenes religiosas, seminaristas y fieles. Esta filosofía es muy diferente a la de su antecesor al que los críticos acusaban de estar con las alturas y poco con las bases.
Curiosamente, personas cercanas a Osoro creen que los partidarios de Rouco se aliarán con alguna corriente de jóvenes para torpedear los primeros meses de gobierno. Pero están seguros de que el exarzobispo de Valencia se va a hacer con todos y dentro de unos meses ya nadie se acordará de Rouco.
Estas personas creen que Roma debe actuar y lograr que Rouco deje el Palacio Episcopal. “Deben hacerle comprender que su época ha terminado y tiene que dejar paso a su sucesor”, añaden. Tampoco les extrañaría que el nuevo arzobispo se quedara a vivir en la residencia de mayores e hiciera un gesto como el Papa Francisco, que rechazó vivir en el Vaticano.