El Buscón

RTVE: Hernández, línea directa con Moncloa

Plenos poderes para Enric Hernández en RTVE. El exdirector de El Periódico de Cataluña pasa a controlar la información en todos los canales y soportes del ente público. Hernández tendrá hilo

Plenos poderes para Enric Hernández en RTVE. El exdirector de El Periódico de Cataluña pasa a controlar la información en todos los canales y soportes del ente público. Hernández tendrá hilo directo con Moncloa, desplazando de la interlocución a Rosa María Mateo (apuesta fallida de Iván Redondo), enfrentada con casi todos los pesos pesados de la casa en esta última etapa, como Fran Llorente o Elena Sánchez.

La elección del periodista catalán es una decisión directa del presidente del Gobierno, que ya quiso ‘colocar’ a Hernández al frente de la cadena pública nada más ganar la moción de censura. En aquel momento, la operación se frustró porque Antonio Asensio, todavía presidente del Grupo Zeta, se negó a indemnizar a su subordinado como si en lugar de una salida voluntaria se tratara de un despido. Hubo que esperar a la venta de Zeta a Prensa Ibérica para que el exdirector pudiera cobrar una más que generosa indemnización.

La buena relación entre Pedro Sánchez y Hernández viene de atrás. Ambos hicieron buenas migas tras asumir aquél, en su primera etapa, la Secretaría General del PSOE. Una vez investido como presidente del Gobierno, Sánchez dio instrucciones para que se pusiera en marcha el proceso de elección de un nuevo Consejo de Administración en RTVE a través de un concurso público. Para ello, el Parlamento nombró un Comité de Expertos que, presidido por Diego Carcedo, asumió el encargo de realizar una previa selección de candidatos.

Experimentos fallidos

Pero el grupo de expertos iba a nacer muerto. A pesar de la dedicación de Carcedo y de la mayoría de sus componentes, pronto se vio que ni Gobierno ni Oposición iban a facilitar su trabajo. Después vino la “ocurrencia Mateo”, Made in Redondo, consistente en situar al frente de la corporación a una figura con proyección pública, y cierto prestigio, pero con nulas experiencia y capacidad de gestión y fácilmente manejable.

Ambos experimentos -el concurso y la elección de Rosa María Mateo- han acabado en fiasco, y Sánchez ha decidido regresar a la casilla de salida, esto es, recuperar los vicios del pasado nombrando una figura de la máxima confianza con criterio suficiente para gestionar la televisión y la radio públicas en una etapa altamente sensible en la que habrán de afrontarse estrategias informativas de envergadura, empezando por la sentencia del 'procés' y siguiendo por la formación de un nuevo Gobierno o, en su defecto, la convocatoria de unas nuevas elecciones.

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