Hay políticos que les cuesta dejar los privilegios del cargo público que ocupaban. Ya se sabe: coches oficiales, escoltas y otras mamandurrias que diría esa lideresa venida a menos que ahora ocupa un cargo en la oposición municipal capitalina. Uno de esos ex que parece haber olvidado precisamente de que ya no es quién era es Salvador Victoria, el 'exnúmero 2' del Gobierno madrileño e imputado en el caso Púnica por los no aclarados manejos de 120.000 euros para pagar trabajos de reputación 'online' para Ignacio González, otro ex. Y es que el polémico político, conocido por su antipatía incluso entre sus correligionarios, decidió seguir usando medios públicos en su visita a la Audiencia Nacional del pasado viernes.
Acudía a responder al juez Eloy Velasco por sus tratos con la trama que lideraba otro ex del PP, Francisco Granados, y, además de no hacerlo tras alegar un supuesto error en su imputación, se hizo acompañar de su abogado y de una persona que en ese momento aún cobraba un sueldo de las arcas públicas. ¿Quién? María Serrano, la que fuera su responsable de prensa en la Consejería de Presidencia y Justicia hasta su dimisión el pasado 4 de junio. Dos semanas después de que dejara de ser su jefe, la periodista acudió carpeta y móvil en ristre a la sede judicial junto a Victoria, subió a su lado a la planta donde está el Juzgado Central de Instrucción número 6, esperó a que terminara su comparecencia ante el magistrado y acompañó a éste a la pequeña sala de prensa donde los periodistas que cubren la información de tribunales trabajan para, entre ambos, intentar 'venderles' (sin éxito) que ya era libre como un pajarito.
Este Buscón no ha podido evitar llamar a María para preguntarle directamente cuál era el motivo que le llevó a acompañar en dicho trance a su exjefe y ejercer de su responsable de prensa cuando éste no es cargo público desde hace días y ella sigue cobrando su sueldo de todos los madrileños. Su respuesta es que lo hizo por su relación de amistad y no en calidad de empleada del Gobierno regional, además de asegurar que sólo intentaba facilitar la labor a los periodistas que iban a escribir sobre la comparecencia de su 'amigo' Victoria. Afortunada ella que puede dejar a un lado su jornada laboral (estuvo en la Audiencia Nacional desde antes de las 10 hasta poco después de las 11:00 de la mañana) para cuestiones particulares.
Curiosamente, la ex consejera de Educación, Lucía Figar, que también estaba citada para el mismo día por el juez Velasco y que a diferencia de su excompañero de Ejecutivo regional sí declaró, acudió a la Audiencia Nacional acompañada sólo por su abogado. No obstante, no es la primera vez que se produce un hecho similar en el Gobierno de Madrid. La expresidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, la de las 'mamandurrias', acudió a declarar sobre su célebre incidente con una patrulla de agentes de movilidad escoltada por uno de los responsables de seguridad del Gobierno regional cuando ella ya no tenía ninguna responsabilidad de gobierno y era un simple ciudadana dedicada a ejercer de 'headhunter' en la empresa privada. Este curioso Buscón, que por allí andaba aquel día, recuerda que este agente de Policía se permitió dirigirse a una persona mayor que al parecer molestó a su entonces ya ex presidenta. Ya se sabe que hay políticos a los que les cuesta dejar a un lado sus privilegios... y empleados que se olvidan de que sus jefes ya no lo son.