El sindicato socialista UGT ha decidido renovar parte de su flota automovilística y ha adquirido, mediante la fórmula de renting, un buen número de automóviles marca Audi, no precisamente los más económicos del mercado, para que su cúpula directiva pueda desplazarse cómodamente sin las molestias que acarrea el transporte público.
La adquisición de un buen número de estos automóviles, cuya existencia se ha conocido recientemente, se concretó hace unos meses, y se ha llevado a cabo con el correspondiente sigilo, puesto que no se trata de una iniciativa muy adecuada para una organización de defensa de los trabajadores. En la España de seis millones de parados, el sindicato socialista no ha tenido el menor problema a la hora de adquirir para sus dirigentes un número no determinado de estos coches de alta gama. La excusa que pudiera justificar esta operación es el buen precio de la oferta dado que la caída de las ventas de coches ha incidido directamente en el coste final de la operación.
Fuentes sindicales no han confirmado, naturalmente, la compra, aunque en círculos el sector se ha podido comprobar que la operacón se llevó a cabo mediante una de las empresas de renting más importantes de nuestro país. Es decir, que Audi no tuvo contacto directo con la organización sindical, sino que la transacción se concretó a través de este intermediario. UGT reeligió hace unas semanas por abrumadora mayoría a Cándido Méndez para seguir al frente del sindicato, cargo que ocupa desde hace 17 años y del que, por el momento, no se plantea abandonar ni siquiera ante los problemas a los que le enfrenta su organización andaluza, sacudida directamente por el caso de los ERE.
También hace unas fechas esta central sindical fue objeto de polémica con motivo de la inauguración de su sede en la localidad extremeña de Mérida, un edificio de nueva planta cuyo coste total se ha elevado a cerca de 2,3 millones de euros.