El Gobierno anunció este fin de semana que una delegación española viajará este lunes a Italia para poner en marcha el dispositivo de acogida a los refugiados del centro de Europa. La situación de miles de personas en Hungría, Serbia y Macedonia es una auténtica vergüenza para la Unión Europea, que lleva más de dos meses de debates y cumbres, mientras las televisiones muestran imágenes de familias enteras vagando por los caminos y buscando la tierra prometida. El invierno se acerca y se teme a los muertos por el frío.
La vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría informó en su viaje a Afganistán que España pondrá en marcha un plan piloto que acogerá, en un principio, a 50 personas, que parece serán eritreos. Todos los grupos llegarán a Madrid, desde donde serán distribuidos a otras comunidades autónomas. España tiene una cuota de unas 15.000 personas de las primeras 120.000 que se calcula están de camino a Europa. El Gobierno cree que la población española acogerá de manera solidaria a estos miles de personas. En realidad los militantes del PP español, junto con sus compañeros europeos, no han dado un gran ejemplo en el reciente congreso celebrado en Madrid.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, dijo en su intervención en este congreso del PP europeo que la llegada de los refugiados "es un proceso descontrolado". Habló de emigrantes económicos, refugiados, pero también de "combatientes extranjeros", tal y como hizo el ministro español Jorge Fernández recientemente y también el cardenal Cañizares. "Es un proceso descontrolado y desregularizado", dijo antes de recibir muchos aplausos de los conservadores europeos, entre los que se encontraban muchos españoles.
El temor del Ejecutivo español está en los extranjeros sin papeles que hay en la península y los que viven en los centros de internamiento de Ceuta y Melilla. Algunos miembros del Gobierno temen que haya, en periodo electoral, una reclamación masiva de 'papeles para todos', alentada por la izquierda y las ONG. Cientos de sirios llevan meses en las plazas españolas en Africa, muchos de ellos esperando sus papeles, para continuar su viaje a Alemania e Inglaterra, principal objetivo de estos extranjeros.
La otra preocupación viene del otro lado de la valla de Marruecos. Hay temor a que la llegada de los refugiados venga acompañada de nuevas jornadas de ataque a las vallas de Ceuta y Melilla. Los emigrantes piensan que con la llegada de los refugiados hay una nueva oportunidad de regularización que debería cogerles en España.
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